11 de febrero 2022 - 00:01

La inflación de EE.UU. toca su máximo en 40 años y suma presión a la Fed

El índice de precios al consumidor registró en enero un alza de 7,5% en comparación con el mismo mes de 2021. El combustible y la energía fueron los sectores con mayores incrementos, mientras que el salario perdió 1,7% interanual.

GOLPE. Los alimentos subieron 0,9% mensual, contra el 0,5% de diciembre, y 7% anual en enero, el mayor aumento desde 1981.

GOLPE. Los alimentos subieron 0,9% mensual, contra el 0,5% de diciembre, y 7% anual en enero, el mayor aumento desde 1981.

Washington - El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los Estados Unidos registró una tasa interanual del 7,5% anual en enero, la mayor cifra desde febrero de 1982, anunció ayer la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dependiente del Departamento del Trabajo.

La cifra interanual agrega mayor presión a que la Reserva Federal (Fed) comience con el incremento en sus tasas de interés de referencia, con el objetivo de detener la escalada en los precios.

En ese sentido, se espera una primera suba en las tasas para marzo y, de forma contraria a lo que se preveía el año pasado, el mercado estima que la Fed no adoptará una postura gradual y será mas agresivo aplicando hasta cinco alzas en las tasas solo durante este año, de acuerdo al banco de inversión Goldman Sachs.

Por otro lado, la cifra intermensual presentó un alza de 0,6%, una décima más que diciembre, con avances en los alimentos, la electricidad y el alojamiento.

Si se tiene en cuenta únicamente la inflación subyacente, sin los valores más volátiles de la energía y los alimentos, la misma marca un 6% anual (también récord desde 1982) y 0,6% mensual.

Este ultimo dato refleja la expansión de las presiones inflacionarias a todos los bienes de la economía estadounidense, incluyendo a los componentes estructurales como, por ejemplo el alojamiento.

La cifra de enero fue mayor de la esperada pues, un grupo de economistas consultado por la agencia Bloomberg únicamente estimaba un incremento del 7,3% anual y 0,4% mensual.

Uno de los factores que aceleró a la inflación estadounidense es la falta de correlacione entre la oferta y la demanda.

Mientras que la demanda se vio beneficiada con beneficios y estímulos otorgados por el Gobierno que impulsaron al consumo; la oferta se enfrentó con múltiples problemas en las cadenas de suministro globales, un mayor costo del transporte y, en algunos casos, la escasez de fuerza laboral para sus establecimientos.

Una consecuencia del aumento de precios es la contracción del poder adquisitivo, pese al incremento de los salarios.

Según otro reporte publicado ayer por el Departamento del Trabajo, los ingresos horarios (ajustados por inflación) cayeron en promedio 1,7% interanual en enero, la décima caída consecutiva en el salario

Dentro de los componentes de la inflación, los precios de los alimentos subieron 0,9% mensual (contra el 0,5% de diciembre) y 7% anual en enero, el mayor aumento desde 1981.

Por su parte, el combustible escaló 9,5% mensual y 46,5% anual, mientras que la energía en general registró un avance del 27% anual.

Los muebles de hogar, los vehículos usados, la vestimenta y la atención medica son otros de los rubros que encabezaron la inflación.

Brian Deese, consejero económico del presidente estadounidense Joe Biden, afirmó ayer que la creciente inflación es “un fenómeno mundial” y que la misma va a moderarse cuando los gastos de los consumidores se reorienten sobre el segmento de servicios más que sobre el de bienes, a medida que finalicen las restricciones y caigan los casos de coronavirus.

Se prevé que la inflación se desacelere a finales de este año, dijo ayer a CNN el asesor económico de la Casa Blanca, Jared Bernstein, quien añadió que el Gobierno de Joe Biden ha reconocido que “es un reto para los hogares estadounidenses”.

Desde principios de 2021, la inflación estadounidense registró una escalada progresiva superando el 2% anual en marzo, el 4% en abril, el 5% en mayo y el 6% en octubre.

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