Tras dos días de enfrentamientos, la policía aumentó los controles
para evitar nuevos desmanes. El alcalde de Roquetas
del Mar, Gabriel Amat, negó que el asesinato sea producto
de un acto de racismo.
Almería (EFE, AFP) --La localidad de Roquetas de Mar, en la provincia andaluza de Almería, en el sur de España, vivió una segunda noche de disturbios callejeros tras el asesinato el sábado de un inmigrante senegalés presuntamente a manos de un español, que se encuentra prófugo.
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Los disturbios, en los que jóvenes africanos se enfrentaron a las fuerzas de seguridad españolas, tuvieron lugar en un barrio conocido como de las 200 Viviendas, en el que residen gran número de inmigrantes y familias españolas de escasos recursos. Los enfrentamientos de ayer a la madrugada concluyeron con cuatro africanos detenidos y con, al menos, un agente de la Guardia Civil herido.
Los últimos cuatro arrestados, por desórdenes públicos y delitos de atentado y resistencia grave a la autoridad, se suman a otros cuatro detenidos en los incidentes que tuvieron lugar la madrugada del domingo.
Tras una tarde de domingo aparentemente en calma, la segunda noche de enfrentamientos empezó cuando un vecino que caminaba por el barrio sufrió una caída accidental y precisó atención sanitaria. La ambulancia que se trasladó para auxiliarlo fue recibida por numerosos africanos que trataron de atacar al personal sanitario a pedradas y botellazos.
Por segunda noche consecutiva, numerosas barricadas de contenedores a los que se había prendido fuego fueron levantadas en los alrededoresde la Plaza de Andalucía, donde la Guardia Civil dispersó a los grupos que se formaban. Los disturbios se desencadenaron tras la muerte a puñaladas de un joven senegalés por un español en el transcurso de una pelea presuntamente motivada por un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas, en la que la víctima supuestamente intentó mediar. En la primera noche de incidentes, que se prolongaron durante varias horas, fueron quemadas dos casas.
La situación revive los enfrentamientos registrados en Francia a fines de 2005, donde la muerte de dos jóvenes inmigrantes desató violentas protestas que se saldaron con miles de autos incendiados y varios muertos. Inclusive, los disturbios, que se prolongaron por meses en gran parte de los suburbios del país, obligaron al gobierno del entonces presidente Jacques Chirac a declarar el estado de sitio.
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