Polémica en Francia por el acuerdo de armas con Libia

Libia está lista para la compra de misiles antitanque y sistemas de radio al grupo aeroespacial y de defensa EADS , informó el viernes el Gobierno francés, días después de una visita a Trípoli del presidente Nicolas Sarkozy.

Francia repitió su negativa de que la venta hubiera sido a cambio de la liberación de cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino encarcelados durante ocho años por infectar supuestamente a niños libios con el VIH, y excarcelados horas antes de la visita de Sarkozy.

El ministro de Defensa Hervé Morin dijo que las bases del acuerdo las había puesto el anterior Gobierno francés, que aprobó la venta de misiles antitanque en febrero, antes de la victoria de Sarkozy en las elecciones presidenciales de mayo.

"El acuerdo ha sido concedido en un principio y a menos que exista un desacuerdo técnico de algún tipo, se hará en cualquier momento", dijo.

EADS dijo que su emprendimiento conjunto MBDA, con la británica BAE Systems y la italiana Finmeccanica , había cerrado un acuerdo para vender a Libia misiles Milan, un arma antitanque de mediano alcance.

También estaba en conversaciones avanzadas para proporcionarle radios.

"Este contrato (el de los misiles) aguarda la firma del cliente libio, y EADS está contento de que las negociaciones pudieran cerrarse", dijo EADS en un comunicado.

La compañía no hizo comentarios sobre el valor económico del acuerdo. Una fuente libia había dicho anteriormente que ascendería a un total de 296 millones de euros.

Sarkozy cerró un acuerdo en defensa y firmó un memorando de entendimiento para un pacto de energía nuclear durante su visita a Trípoli.

La oposición socialista pidió una comisión parlamentaria para establecer si la venta de misiles estuvo relacionada con la liberación de las enfermeras.

Libia comenzó a salir del aislamiento internacional en el 2003 cuando decidió dejar su programa de armas prohibidas por las Naciones Unidas y pagar compensaciones por el atentado contra un avión estadounidense en Escocia en 1988 en el que murieron 270 personas.