21 de septiembre 2017 - 21:57

Rescatistas siguen tareas a contrarreloj para salvar gente atrapada tras el sismo

Rescatistas siguen tareas a contrarreloj para salvar gente atrapada tras el sismo
Miles de rescatistas seguían escarbando el jueves entre los escombros para buscar sobrevivientes del mortífero sismo que sacudió a México esta semana y que ha dejado al menos 273 muertos, cerca de la mitad de ellos en la capital del país.

Los cuerpos de rescate -conformados por militares, policías, bomberos, voluntarios y multitud de ciudadanos- concentraban sus esfuerzos en varios puntos de Ciudad de México, especialmente en una fábrica de textiles, una escuela y un edificio derrumbado, donde se presume que hay personas atrapadas aún con vida.

En la fábrica, ubicada en el centro, ya había sido removida gran cantidad de escombros. Socorristas cortaban varillas con enormes tenazas y hacían hoyos en la losa para buscar víctimas, entre las cuales hay cinco taiwaneses, algunos familiares del dueño de la fábrica.

Un rescatista dijo a Reuters TV que al menos un sobreviviente está dentro de un auto y que lo localizaron porque emitió golpes.

"Supimos que estaba en un carro porque le dijimos: si estás adentro del vehículo, por favor, da tres golpes, dio tres golpes (...), así fue como logramos localizarlo, está debajo de esa losa, están trabajando para rescatarlo", narró el rescatista.

Aunque las autoridades no han dado cifras de rescatados, cuerpos recuperados o desaparecidos, algunos socorristas temen que pudieran haber varios fallecidos porque a la hora del sismo de magnitud 7.1 del martes había mucha gente trabajando en la textilera.

Según el Gobierno de la ciudad, al menos medio centenar de personas había sido salvado hasta el miércoles y unas 1,900 resultaron heridas.

En otro punto de la ciudad, en la escuela de educación media y básica Enrique Rébsamen, donde finalmente confirmaron que "Frida", una niña entre los escombros, no era real, los cuerpos de emergencia intentaban rescatar a un adulto, cuyas probabilidades de supervivencia disminuían con el correr de las horas.


En esa misma zona, once menores fueron rescatados con vida de entre los escombros. Pero también se recuperaron los cadáveres de 21 estudiantes y cuatro adultos.

Cuando parecía que estaban a punto de salvar a la pequeña, los socorristas tuvieron que suspender momentáneamente sus labores debido a un derrumbe al interior de la estructura. El dramático rescate era seguido por la población en vivo por la televisión local.

En riesgo fatal

Imágenes de rescatistas y voluntarios laborando se repetían especialmente en la parte centro y sur de la ciudad. También podía verse a soldados armados custodiando edificios desalojados.

"Está evacuada el área porque el edificio está en riesgo de caer. Estamos esperando a los ingenieros que van a evaluar (...) para ver si hay que derribarlo", dijo un militar frente a un edificio desalojado en la colonia Roma, uno de los sectores más golpeados por el sismo.

El presidente Enrique Peña Nieto dijo la noche del miércoles en un mensaje a la nación que ha aceptado la ayuda técnica y especializada que han ofrecido varias naciones a México tras el devastador terremoto, que ocurrió exactamente el mismo día de un letal sismo en 1985 que dejó miles de fallecidos.

"Ante la fuerza de la naturaleza, todos somos vulnerables, y por eso, todos somos uno cuando se trata de salvar una vida o ayudar a una víctima", dijo el mandatario.

Además de la capital, el demoledor sismo provocó daños y muertos en los estados Morelos, Estado de México, Puebla, Guerrero y en el sureño Oaxaca, golpeado junto con Chiapas por un terremoto magnitud 8.1 a inicios de septiembre que dejó casi 100 muertos.

El gobernador de Morelos, el segundo estado con mayor número de muertos, cifró en miles los heridos y las edificaciones destruidas o afectadas, muchas de ellas humildes viviendas.

En muchos de los sitios golpeados, los residentes fueron desalojados de sus hogares ante la posibilidad de algún derrumbe. De acuerdo con el gobierno de Ciudad de México, 2.400 inmuebles deben ser revisados.

Vecinos de una popular y céntrica colonia en Ciudad de México temían por el futuro de las estructuras dañadas.

"Ahorita con las lluvias y todo lo que ha pasado tememos le peor", dijo Teresa Vadillo, ama de casa de 57 años. "Nuestro temor es que si se llega a colapsar se nos vaya a venir encima", dijo sobre un edificio vecino al inmueble en el que vive.

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