25 de junio 2007 - 00:00

Tres a la horca en Irak por genocidio bajo era Saddam

Bagdad (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El caso Al-Anfal, en el que se juzgaba a los responsables del genocidio de 182.000 kurdos iraquíes entre 1987 y 1989, se cerró ayer con la condena a muerte de tres de los principales implicados, entre ellos «Alí el Químico».

Alí Hassan al-Majid, «Alí el Químico», era primo de Saddam Hussein y se lo conocía con ese sobrenombre por haber recibido el encargo del entonces dictador de castigar a los kurdos iraquíes por su supuesto respaldo a Teherán en los años en que Irak estaba en guerra con el vecino Irán.

El juez Mohammed Aribi al Jalifa, presidente del tribunal especial que juzgó a los seis altos responsables en el momento de los hechos, leyó al filo del mediodía las sentencias que cerraron un juicio que comenzó el 21 de agosto de 2006 y ha tenido 61 sesiones.

Además de Al-Majid -en 1988 alto responsable del partido único Baaz-, fueron condenados a muerte el entonces ministro de Defensa, sultán Hashim Ahmed, y el jefe de la Guardia Republicana, Hussein Rachid al-Tikriti.

  • Ejecución

    Los tres reos, tras el preceptivo paso de la sentencia por el Tribunal de Casación -que hasta ahora no ha revocado ninguna pena capital- serán «colgados hasta la muerte» en un plazo de menos de treinta días, según la lectura de la sentencia.

    Dos de los seis procesados fueron condenados a cadena perpetua: Saber Abdul Aziz, jefe de los servicios de inteligencia, y Farhan al-Jiburi, oficial de inteligencia, mientras Taher Mohammed al-Ani, gobernador de la provincia de Nínive, quedó absuelto de sus cargos.

    Todos los procesados estaban acusados de los cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, mientras «Alí el Químico» sumaba a este cargo el de «genocidio».

    Al oír las sentencias, ninguno de los condenados pestañeó, ni pronunciaron lemas ni arengas, como en el caso de otros altos funcionarios del régimen de Saddam cuando oyeron las sentencias a la pena capital. El otro juicio anterior -y mucho más mediático que éste, por ser el primero en que se juzgaba a Saddam- se cerró con tres condenas de muerte: Saddam Hussein, Awad Bandar y Barzan al-Tikriti.

    Taha Yassin Ramadan, vicepresidente del régimen de Saddam, fue en un principio condenado a perpetuidad, y luego el Tribunal de Casación aumentó la condena a la pena capital.

    El propio Saddam formaba parte de los procesados en el caso Al-Anfal, pero tras ser ejecutado el pasado 30 de diciembre, el juez anuló los cargos contra él.

    El caso Anfal, que ha durado diez meses, ha sentado en el banquillo no sólo a víctimas y a familiares de víctimas, sino a médicos y expertos que se pronunciaron sobre el uso de armas químicas en aquella campaña, en la que se calcula que murieron 180.000 kurdos.

    El juez que ayer condenó a los tres procesados a muerte no es el mismo que abrió el proceso, ya que su predecesor, Abdallah al-Amari, fue destituido por el gobierno por su falta de firmeza con los encausados, hecho que levantó numerosas críticas de injerencia política en el poder judicial.
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