El sector maderero y mueblero argentino atraviesa uno de los momentos más complejos de las últimas décadas. La coyuntura macroeconómica golpeó con fuerza a toda la industria manufacturera, pero particularmente a la madera y al mueble, que llegaron a ser los subsectores de mayor caída en 2024. Sin embargo, en medio de la adversidad, surgen también señales de recuperación y oportunidades estratégicas que no deben pasarse por alto.
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El sector mueblero argentino: resiliencia y oportunidades en tiempos de desafíos
Con políticas públicas adecuadas, inversión en diseño, innovación tecnológica y apertura de nuevos mercados, el sector mueblero argentino puede dejar de ser símbolo de crisis para convertirse en emblema de desarrollo productivo, sostenible y competitivo.
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Artesano.
En 2025, la industria del mueble mostró una leve mejora, lo que contrasta con la lenta recuperación del sector maderero, aún en sus peores registros históricos. A pesar de esta fragilidad, el subsector mueblero se distingue por su capacidad de resiliencia y su peso dentro de la economía nacional: más de 4.330 empresas activas, la mayoría PyMEs, que generan alrededor de 48.800 empleos, es decir, el 4,2% del empleo industrial total. Su Valor Bruto de Producción alcanza los 4.700 millones de dólares anuales, equivalente al 2% de la producción industrial del país.
En este escenario, resulta clave tener en cuenta la coyuntura macroeconómica. El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) del INDEC registró en julio su primera caída interanual desde noviembre de 2024, y la construcción también comenzó a desacelerarse tras un semestre de fuerte expansión. La inestabilidad cambiaria, las altas tasas de interés y la caída del poder adquisitivo impactaron de lleno en el consumo interno y en la inversión. En ese marco de retracción generalizada, el rubro “Muebles y colchones” sobresalió con un crecimiento interanual del 12,3%, asociado en parte al repunte de la construcción en meses previos y a la recomposición parcial del consumo de bienes durables. Sin embargo, esta mejora aún no permitió al sector recuperar los niveles de actividad de años anteriores, y los signos de enfriamiento observados en agosto y septiembre muestran que el desafío de consolidar la recuperación está lejos de estar resuelto.
La distribución interna del sector revela su diversidad y dinamismo. Casi la mitad de las empresas son fabricantes de muebles (46%), que concentran el 45% del empleo, mientras que los aserraderos representan el 24% de las firmas y el 28% de los puestos de trabajo. Aunque las grandes compañías explican solo el 14% del empleo, generan el 34% de la producción, lo que refleja un equilibrio entre la capilaridad de las PyMEs y el aporte productivo de los grandes jugadores.
Otro aspecto destacado es el comercio exterior. Tras un 2024 muy difícil, las exportaciones de productos de madera elaborados crecieron en 2025 un 41% en volumen y 27% en valor, con fuerte demanda de madera aserrada, tableros y maderas perfiladas. En 2023, Argentina había exportado 739 millones de dólares en productos forestales, y los principales destinos continúan siendo Estados Unidos, Brasil y otros países de América Latina. Esto evidencia que el sector cuenta con mercados externos consolidados y potencial de expansión.
En paralelo, la sostenibilidad se consolida como un diferencial competitivo: más del 40% de las superficies forestales utilizadas en Argentina están certificadas bajo estándares internacionales de gestión sostenible (FSC y PEFC), lo que posiciona al país en sintonía con las crecientes demandas ambientales globales.
La Feria Internacional de la Madera y el Mueble (que se desarrollará del 2 al 5 de octubre en el Centro Costa Salguero, con entrada libre y gratuita - reunirá a toda la cadena de valor del sector en más de 2.800 m² de exhibición, con propuestas de empresas líderes, venta directa con descuentos y financiación en 6 y 12 cuotas sin interés a través de Banco Provincia, charlas, conferencias y la presentación de los prototipos más innovadores creados en el marco del Laboratorio del Mueble Argentino) llega en este contexto como un espacio clave para debatir, mostrar innovación y proyectar futuro. Si bien los desafíos son enormes —desde la necesidad de financiamiento productivo hasta la competencia de importaciones—, también lo es la capacidad del sector para generar empleo federal, valor agregado, oportunidades de exportación y una industria sustentable.
El desafío inmediato es transformar la resiliencia demostrada en un motor de crecimiento sostenido. Con políticas públicas adecuadas, inversión en diseño, innovación tecnológica y apertura de nuevos mercados, el sector mueblero argentino puede dejar de ser símbolo de crisis para convertirse en emblema de desarrollo productivo, sostenible y competitivo.
Asesor de FAIMA en el Instituto del Mueble Argentino (IMA) y coordinador del Laboratorio Argentino del Mueble.
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