"El Mercosur fue una mala decisión"
-
¿Pueden la IA y la tecnología ayudar a proteger el planeta?
-
En 2024 la discriminación por discapacidad e incluso por maternidad, sigue siendo moneda corriente
Periodista: Su empresa cumple 75 años, ¿cuál fue la mejor época?
Pascual Mastellone: El inicio, cuando comenzamos en los '60 a producir leche pasteurizada. En el '67, ya éramos la primera empresa del sector, superando a La Martona. En esos años se crecía de manera acelerada. Después vinieron algunos altibajos.
P.: ¿Cuál fue la peor crisis?
P.M.: Esta última, la de fines de 2001, porque fue inesperada. Y eso que viví muchas.
P.: ¿Cuál fue el peor momento de su vida empresaria?
P.M.: Cuando hace unos años tuve que decidir la cesación de pagos. Me enfermé y estuve internado en una clínica.
P.: ¿Cómo marcha esa negociación?
P.M.: Muy bien. Estamos contando monedas todos los días y poniéndolas en una alcancía.
P.: ¿Cuáles eran las peores decisiones, para su empresa, que tomaron los distintos ministros de Economía en estos años?
P.M.: Los controles de precios. Ahora, afortunadamente, ya no se piensa en este tipo de soluciones.
P.M.: No, el problema es que duró mucho tiempo. Había que haber aflojado antes, pero todos estábamos como locos a favor del uno a uno y no nos dábamos cuenta de que en algún momento iba a explotar.
P.: ¿En esos días tenía diálogo con los políticos? ¿Lo consultaron a usted o a otros empresarios del país sobre cómo actuar?
P.M.: Para nada. Lo que sabíamos que el hombre que después fue ministro de la Producción (José Ignacio de Mendiguren) estaba negociando algo por el estilo y que había algunas empresas que apoyaban la salida de la convertibilidad, pero nunca creíamos que se iba a hacer de la forma en que se decidió. Hubiéramos apoyado una devaluación, pero nunca de la forma en que se hizo.
P.: ¿En todos estos años, con qué gobierno fue con el que mejor diálogo tuvieron?
P.M.: Con el de Carlos Menem, con el resto siempre anduve mal. Incluso con los militares.
P.: ¿Por qué diferencia a Menem?
P.M.: Si bien al principio Domingo Cavallo controló precios hasta el '95, Menem era abierto y lo encontrábamos en todos lados para hablar. Creo que se equivocó en buscar otra reelección y en el enfrentamiento que tuvo con Eduardo Duhalde.
P.: ¿Cómo lo ve a Néstor Kirchner?
P.M.: Es un muy buen presidente, y se notará con los años. Hoy está haciendo lo que debe hacer en un momento como éste. El otro día leía que en realidad se trata de un ortodoxo, y creo que algo de esto hay.
P.: ¿Cuál fue el mejor ministro de Economía que vio en estos años?
P.M.: Le contestaría que ninguno, pero quizá algo del primer Domingo Cavallo y del actual Roberto Lavagna.
P.: ¿Y el peor?
P.M.: Quizás Bernardo Grinspun y los que tuvieron los militares que hacían un culto de los precios máximos para cualquier calidad de producto.
P.: ¿Un gobierno tiene que ayudar a salir adelante a una empresa en crisis? ¿Es su obligación?
P.M.: Sí, lo es. Hay empresas en una nación que deben ser consideradas estratégicas.
P.: ¿Por ejemplo, el Estado tendría que haber ayudado a empresas como La Serenísima?
P.M.: Creo que sí. Nosotros tuvimos la suerte de que no era fácil llegar a la Argentina con leche y sí con zapatillas. Pero igual es un país que ayuda poco a sus empresas.
P.: ¿Cree que hay una burguesía nacional, como proclama Néstor Kirchner?
P.M.: Sí, aunque diluida. Está el caso de Arcor y el resto de las compañías que están en AEA. Pero es verdad que hace unos años hubo muchos que encontraron la oportunidad de vender y lo hicieron. Aquí pudimos hacerlo cuando la empresa costaba u$s 1.000 millones y no lo hicimos. No nos arrepentimos, pero hoy vale u$s 200 millones.
P.: Su empresa nació como un microemprendimiento y llegó a ser una gran compañía en 75 años. ¿Podría darse hoy un caso similar?
P.M.: Por supuesto, pero el país debe crecer a un promedio de 6% o 7% anual.
P.: ¿Es importante que la Argentina salga rápido del default?
P.M.: Sí porque no se puede pensar en un crecimiento sólido a futuro sin eso, pero tampoco el país puede arrodillarse para negociar.
P.: ¿Es aceptable la oferta que hizo la Argentina?
P.M.: Hay una quita importante pero creo que al final los acreedores terminarán aceptando porque ya saben que lo que se ofrece es lo que se puede pagar. Más no se puede.
P.: ¿Alguna vez pensó en dedicarse a la política?
P.M.: No, ni siquiera compito para el club de General Rodríguez.
P.: ¿Por qué los empresarios argentinos no quieren intervenir en política?
P.M.: En mi caso porque no tengo la capacidad. En otros casos porque no se quiere ir detrás de los votos y de las internas, en lugar de hacer las cosas que se deben hacer.
P.: ¿Cómo ve el nivel de la clase política actual?
P.M.: No hay que ser destructivo y avalar el «que se vayan todos». Igual hacen cosas criticables que a uno lo angustian.
P.: ¿Por ejemplo?
P.M.: Hay un proyecto de ley de tratamiento de residuos tóxicos, que se debe haber pensado con la mejor intención, pero que sólo hará aumentar los costos. También ese otro que habla sobre cómo tratar al personal y que si uno está un poco nervioso y le grita sin querer va a tener problemas
P.M.: Hoy son más complicados. Creo que antes estaban más comprometidos con el futuro de una empresa y las fuentes de trabajo que ahora. Había muchos dirigentes sindicales y muy buenos. La negociación es más difícil hoy que en aquellos años.
P.: ¿Le preocupa la situación de la seguridad?
P.M.: Mucho. Cambió nuestra forma de vivir, la mía y la de mi familia, y creo que la de toda la sociedad.
P.: Nuevamente, ¿cree que hoy la situación es peor que en los '70, cuando había mucha violencia política?
P.M.: Lamentablemente creo que sí, porque en esos años se trataba de cuestiones muy puntuales y dirigidas a dar mensajes concretos. Ahora hay menos códigos.
P.: ¿Le sirve a La Serenísima el Mercosur?
P.M.: No; fue una muy mala decisión. Lo único que hizo fue bajar los salarios de los argentinos y que se resienta el consumo interno.
Dejá tu comentario