El desarrollo de nuestro potencial humano puede provenir de varias fuentes. Una de ellas son las vacaciones, que implica, entre otras cosas, un descanso temporal de una actividad habitual, principalmente trabajo o estudio. Es decir, las vacaciones son una oportunidad para conectar con nosotros mismos.
Vacaciones: cómo aprovecharlas para descansar y conectar con lo que nos gustaría ser
"¿Cómo quisiera sentirme? ¿Cuáles son los espacios de disfrute?" son algunas de las preguntas que conviene realizar antes de emprender una nueva aventura. Conocé cómo gestionar emociones.
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Quizás nos guste vacacionar con nuestras relaciones más cercanas o sumarnos a nuevos grupos. Pero antes vale la pregunta: ¿Para qué vacacionar? Es clave detenerse en este punto porque nos abre puertas para reflexionar acerca de:
- ¿Qué me gusta hacer en vacaciones?
- ¿Cómo quisiera sentirme?
- ¿Cuáles son los espacios de disfrute?
- ¿Cómo elijo? De acuerdo con las experiencias tenidas, o por la tendencia de elegir siempre lo mismo.
Reflexionar sobre estos ejes nos permitirá identificar creencias que nos limitan para cambiar hábitos, o mantenerlos por elección.
Sin embargo, el momento que transitamos en la previa a las vacaciones influye sin dudas en la toma de decisiones. Podemos estar ansiosos para que lleguen rápido; con temor por no saber qué hacer; alegres por la posibilidad de programar algo diferente; preocupados por la complejidad de la actualidad, que no me permite desconectarme; indiferentes, a veces por hacer siempre lo mismo.
Por eso, van algunas premisas para gestionar emociones:
- Para la ansiedad, es importante trabajar en el aquí y ahora, el estar presente, creando momentos placenteros durante tu día.
- Con el temor es vital buscar coraje para hacer con otros; compartir la emocionalidad nos permite encontrar soluciones entre todos.
- Frente a la preocupación, vale la pena aprender a crear “pausas en el tiempo” a través de actividades que nos lo permitan.
- Por último, para salir de la indiferencia o de los pensamientos que dicen “esto no es importante”, programar experiencias nuevas, que hasta el momento no se hayan vivido. Promover la curiosidad: ¿qué experimentamos con X actividad? Abrirse a nuevos mundos, que pueden ser sencillos, pero que no estaban en mi libreto.
Para conseguir que se cumplan las expectativas, la tarea es previa. Por eso, debemos acordar todo lo necesario para pasarla bien. Aquí cobran importancia las conversaciones de diseño de las vacaciones, entre quienes programen realizarlas. Entre otros ejes, es clave:
- Hacer acuerdos de convivencia y estimular la curiosidad en experimentar actividades que realizan otras personas.
- Hacer los pedidos necesarios y ofrecer apoyo a los que necesiten.
Aventurarse a lograr el objetivo de disfrutar, permite aportar a nuestro desarrollo personal, ya que facilitará que “esos espacios” de descanso aparezcan como oportunidad durante el resto del año. En cada momento que decida descansar vacacionando y pasarla bien, disfrutar del momento y promover felicidad, será como el oxígeno necesario para transitar nuestro vivir. No es una tarea sencilla y en todo este proceso de descubrimiento podemos ser asistidos por distintos profesionales como los coaches ontológicos.
El desafío, sin dudas, es identificar cuáles son los espacios que me permiten sentirme bien conmigo, disfrutar el momento y, sobre todo, agradecer.
Por Tani Sturich, Máster Coach y Miembro de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP).-
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