Complica a Macri el romance a prueba entre Telerman y Kirchner
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Fernández fue duro: «Como vos decís una cosa y después hacés otra, empezá por decir públicamente que nos apoyás, que apoyás a Cristina, hacé gestos públicos», le propinó y habló de los gastos del gobierno nacional con su administración.
Anteriormente, el jefe de Gobierno y el de Gabinete habían conversado, tras la derrota electoral. Hubo un inicio de certificación de paz, que el propio Telerman hizo estallar en segundos, en la jornada previa a la inauguración de un parque en Puerto Madero, donde se encontraría con todo el gabinete, incluido Fernández. Pero Telerman el día anterior dio a conocer el decreto del aumento de los impuestos municipales y con eso, al parecer, arruinó la fiesta.
Lo que queda del telermanismo, un grupo de funcionarios y algunos legisladores cuya lealtad no tiene plazo cierto, cree que la reunión con Fernández «fue buena» y hasta suponen que el jefe de Gobierno podría recalar en algún lugar del kirchnerismo una vez que le traspase el cargo a Macri, el 10 de diciembre. «Al menos, hay un intento de reconciliación», aseguraron. Es que ese conjunto de amigos de Telerman ya piensa en la candidatura a diputado nacional del jefe porteño, para 2009 (Ibarra también aspira a lo mismo).
Mientras tanto se inspiran en un plan de subsistencia, que contiene algunas aspiraciones a futuro. Una es que el ministro de Hacienda porteño, Sergio Beros, pudiera consagrarse en una silla del directorio del Banco Ciudad, plantel que se renueva con el ingreso de Macria la administración. Otra es mantener -tras la renovación de bancas que se producirá también el 10 de diciembre- una pequeña porción de legisladores que pivotee entre el kirchnerismo y la mayoría que ostentarán los macristas. Cuentan entre esos adherentes a los ARI residuales, Fernando Cantero y Alejandro Rabinovich. Sumarían al actual secretario general del gobierno de Telerman, Raúl Fernández, el ex jefe de Gabinete de Ibarra, con quien se asegura no se ha reconciliado tras la destitución. A esos tres, agregan la posibilidad de contar con los dos integrantes del bloque socialista que apoyó la reelección frustrada del jefe de Gobierno. Lo raro es que esos legisladores no profesan el kirchnerismo (alguno sí el antioficialismo). Por eso habrá que ver si el próximo sábado, cuando el Gobierno porteño tiene previsto poner en funcionamiento el primer tramo de la nueva línea H de subterráneos, coinciden en el acto autoridades del gobierno nacional y si es que Telerman acata hacer público algún apoyo a los Kirchner o prefiere imaginar solo su próxima postulación.
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