16 de octubre 2001 - 00:00

Envión: damas en el Senado son ahora más de un tercio

Envión: damas en el Senado son ahora más de un tercio
Otra imagen tendrá el nuevo Senado que se conformará en diciembre próximo, ya no por el color político de su composición sellada el domingo en las urnas, sino por la mezcla de trajes con un tercio de polleras que por primera vez se impone en esas bancas.

Debutará una troupe femenina en la Cámara alta, de gran concentración masculina, apenas hoy 5% de mujeres y los senadores están acostumbrados a compartir lenguajes y costumbres propios ante la mirada de las pocas que hoy ocupan bancas. A ésas, sin embargo, no les faltan comodidades, ya que cuentan con baño propio (una novedad; durante años no lo hubo para las damas en Diputados) y una guardería infantil del mejor estilo y cuidado para pequeños hijos.

Después del domingo, el cupo femenino se hará oír por medio de dos docenas de voces agudas en las sesiones del solemne Senado, gracias a una ley, que de no regularse se convertiría en un privilegio.

La llamada discriminación positiva que se traduce en normativas de cupo, por ejemplo en Mendoza, está hecha a plazo fijo. Es como un reto a los hombres para que en un decenio cambien sus costumbres y rutinas para permitir la participación de la mujer. Se cree que el tiempo es, para un varón, suficiente para el aprendizaje de una conducta, por eso está previsto que los mendocinos aplacen la norma porque ya habrían convertido en hecho natural la política mixta. Por caso, la mendocina Ana María Mosso es diputada nacional (termina el 10 de diciembre), sin reparos e interventora del PJ porteño, casi en una hazaña.

Habrá que ver qué honores y méritos rinden ahora las nuevas legisladoras. Para empezar, de la provincia de Buenos Aires, Mabel Müller entrará de la mano de Eduardo Duhalde. Del segundo distrito del país, estará Vilma Ibarra, hermana del jefe de Gobierno porteño, quien en su lista de cargos públicos desempeñados acuña ser legisladora de la Capital Federal desde agosto del año pasado. Sin el paso por internas partidarias y con la bendición familiar, Ibarra hermana sin embargo es más conocedora del Congreso que muchas de las debutantes, porque anteriormente Vilma se desempeñó junto a Chacho Alvarez durante años y con funciones en el bloque frepasista. Ahora en su veloz salto de esca-ños ingresará junto a Rodolfo Terragno por la Alianza de la Ciudad de Buenos Aires.

Parentescos y otros lazos no faltarán para que la frentista no se sienta sola. La misma
Müller (PJ) es la esposa del intendente de Presidente Perón, Oscar Rodríguez.

Estarán
Ada Maza (PJ) de la familia del gobernador riojano y también Sonia Escudero, secretaria del mandatario salteño Juan Carlos Romero, junto a Luz Sapag (MPN) ex intendenta de San Martín de los Andes y del hogar del caudillo histórico que Neuquén tuvo en la Cámara alta. Esta tiene como antecesora a una de las pocas senadoras actuales, Silvia Sapag. Y para seguir en familia se agregará por San Juan, Nancy Avelín, hija del gobernador aliancista. En otro despacho se acomodará con su equipo de acicalado, Cristina Kirchner, para sumar como esposa del mandatario santacruce-ño y después otras con lazos políticos en sus tierras natales.

De Río Negro,
Armanda Isodori (Alianza), de San Luis, Liliana Negre de Alonso (PJ) o de Santa Fe, Roxana Latorre, ex secretaria de Promoción Comunitaria local (PJ), entre el tercio legal, como Mercedes Oviedo (PJ), actual vicegobernadora de Misiones.

No será para tanto, se espera, aunque algunos crean que las senadoras pondrán a los hombres al borde un ataque de nervios, como ocurrió hace un tiempo en Tierra del Fuego, donde solicitaron que ni siquiera pudieran llegar por ley a un piso mínimo las candidatas, algo a lo que se opuso la Justicia, claro.

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