2 de mayo 2005 - 00:00

Si hay un acuerdo, Kirchner piensa cerrarlo en mayo

Felipe Soláencabezó unencuentrojunto a ministrosy legisladores,en elmunicipio deMalvinasArgentinas,para seguiractivo en elarmado de susector en elconurbano apesar de quesoplan vientosde acuerdo,como leadmitió NéstorKirchner a ungrupo deIntendentes.
Felipe Solá encabezó un encuentro junto a ministros y legisladores, en el municipio de Malvinas Argentinas, para seguir activo en el armado de su sector en el conurbano a pesar de que soplan vientos de acuerdo, como le admitió Néstor Kirchner a un grupo de Intendentes.
Néstor Kirchner trazó ante pocos la senda que conduce a octubre: por primera vez, expresó ante peronistas del conurbano que su esposa, Cristina, será candidata con el respaldo de «todo» el peronismo de Buenos Aires, mediante un pacto que más temprano que tarde sellará con Eduardo Duhalde y que, de ser posible, incluirá a Felipe Solá. Lo quiere, además, dentro de las próximos 30 días, algo que contradice Eduardo Duhalde, que piensa estirar los tiempos todo lo que pueda.

Esa hoja de ruta el Presidentela reveló, nunca con tanta precisión, durante una charla de casi dos horas que mantuvo, el miércoles pasado, en la Casa Rosada, con los intendentes Hugo Curto (Tres de Febrero), Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).

«No se preocupen, muchachos, todo se va a arreglar.» Kirchner
deslizó el comentario, como al pasar, sentado en su despacho mientras la TV mostraba, en directo, la previa del acto del PJ porteño en el Luna Park que, un rato más tarde, clausuraría su esposa, Cristina Fernández.

La frase sonó a pase mágico, en los oídos de Curto, Descalzo y Pereyra, porque sembró la certeza de que la sociedad entre el Presidente y Duhalde sobrevivirá sin heridas -fatales, al menos- el 23 de octubre.

Falta, sin embargo, que Kirchner y Duhalde retomen el diálogo fluido y que, sobre todo, enhebren en el papel el acuerdo político (léase: negocien las listas de candidatos) que el patagónico, en su charla con el trío de intendentes, consideró un hecho.

Todo el tiempo, Kirchner traspasa las fronteras porosas que dividen el cascarrillo irónico de la seriedad más extrema. Baila en los límites y logra, con ese devaneo -simpático para algunos, irritante para otros- embretar a sus interlocutores de ocasión.

El miércoles lo hizo ante esa escueta delegación llegada del conurbano. Como si fuesen cuestiones de igual peso, mezcló fútbol con economía («
vamos a controlar la inflación», dijo) y definiciones gruesas sobre el escenario del PJ de Buenos Aires.

• Chanzas

Los bonaerenses soportaron estoicos las chanzas futbolísticas: a Curto y a Descalzo los mortificó por la pasión que, más el metalúrgico que el de Ituzaingó, sienten por Boca. Pereyra, en cambio, zafó del toreo por su fanatismo por Independiente. Kirchner, se sabe, es hincha de Racing.

Pero, obvio, los intendentes del peronismo se detuvieron en otros párrafos más urgentes y necesarios. Los que inyectaron un poderoso calmante a la hipótesis de una batalla monumental, y hasta quizá terminal, entre la Casa Rosada y el caudillo de Lomas de Zamora.

Kirchner fue preciso: no confrontará con
Duhalde -a quien adornó con elogios no muy originales-, porque, dijo, el PJ debe mostrarse unido. Y con la misma vehemencia que descartó una escaramuza con el ex presidente, sostuvo que su esposa será candidata en la provincia.

Luego, enlazando las dos definiciones,planteó que esperaba que
«cuanto antes» los intendentes -una forma velada de referirse al duhaldismo, porque felipistas y kirchneristas ya lo hicieron- manifiesten su respaldo a la postulación de su esposa.

Dijo lo mismo, pero fue menos hiriente que
Aníbal Fernández cuando, dos semanas atrás, intimó a una comitiva de jefes comunales: «El 'presi' (es el mismo apelativo que se ufana Eduardo Bauzá para llamar a Carlos Menem) quiere que salgan a bancar a Cristina. Al que no lo haga lo va a empezar a contar del otro lado», avisó, por entonces, el ministro del Interior.

Por aquellas horas, el duhaldismo había trepado a la cima de la beligerancia. Primero lanzó la posible postulación de Duhalde -que feneció 72 horas después- y luego regó la alternativa de enfrentar, con
Chiche como figura, a la boleta kirchnerista coronada por Cristina.

Pero el miércoles
Kirchner limó esa chance, desplegando augurios acuerdistas sostenidos en que, recordó, Duhalde le había advertido en una de sus últimas charlas, sobre principios de este año, que ni él ni su esposa serían candidatos en la elección de 2005.

El otro bosquejo que dejó correr
Kirchner alienta la teoría de que, al final del cuento, el pacto será global y se derramará incluso hasta Felipe Solá. Algo de eso presienten en La Plata, donde dibujan dos escenarios antagónicos: ruptura total o acuerdo total.

• Informe

Luego de la cumbre, Curto corrió pronto a contarle las novedades a su jefe, Duhalde, afiebrado en Montevideo. El fin de semana, el metalúrgico volvió a contarle con detalles la cita al ex presidente. Hoy, el jefe de Tres de Febrero volverá a la Casa Rosada.

Luego de un mes y medio en el desierto político -durante el cual
Kirchner no les abrió, como acostumbra desde mediados de 2003, las puertas de su intimidad-, Curto, Descalzo y Pereyra volvieron a ser espectadores privilegiados de las revelacionesdel patagónico. El cuarto par de oídos que asistió al confesionario presidencial pertenece a José López, el encargado -desde el ministerio de Julio De Vido- de orientar las obras públicas, el más tentador de los llamadores que tiene Kirchner para los intendentes.

De esos premios, bien conoce el trío
Curto-Descalzo-Pereyra que, además, goza (como pocos en el duhaldismo) de una bendición presidencial que sólo puede empardarse, quizá, con el trato preferencial que Kirchner tiene hacia José María Díaz Bancalari.

De todos modos, la calma que transmitió el Presidente no llegó todavía al llano. El viernes, como había anticipado este diario,
el PJ, vía su apoderado Jorge Landau, presentó en la Justicia un recurso de amparo para que se obligue a Solá a poner fecha a las internas abiertas.

El escrito, extenso y minucioso,
plantea que como fecha máxima el gobernador debe convocar las primarias para el 26 de junio.

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