5 de junio 2007 - 00:00

UCR: Macri no es ya el límite

Hasta hace una semana, el límite en la política porteña para Raúl Alfonsín tenía nombre y apellido: Mauricio Macri. Lo había repetido el ex presidente en múltiples ocasiones desde que alumbró el apoyo radical a la candidatura presidencial de Roberto Lavagna. Pero los límites pueden ser elásticos. Por eso el experimento radical con Jorge Telerman, que terminó sin ningún rédito político en medio de esa derrota, podría convertirse durante la campaña por el ballottage en un intento de «apoyo moral» a Macri, frente a los embates que el propio Néstor Kirchner inauguró ayer desde la Casa Rosada.

La idea no es nueva en política: armar un frente de solidaridad a Macri, aunque sin definiciones de apoyo electoral, con vistas a la campaña que el gobierno nacionalizará en estas tres semanas. En ese frente convivirá, además, un apoyo de Lavagna al candidato del PRO que sería publicitado en unos 10 días, sin apuros.

Ya no hay suposiciones sobre la estrategia a seguir por el gobierno: Kirchner ayer demostró claramente que la hipótesis de trabajo de estos 20 días será el ataque frontal y personal.

Con ese argumento, el radicalismo lavagnista cree que debe «blindar» a Macri, y algunos dirigentes quieren convocar, inclusive, a Eduardo Duhalde para esa tarea. Lavagna miraría esa escena desde algo más lejos. Todo se resumiría a un encuentro de viejos amigos.

Ese intento de abrazo, de oso para algunos, tiene otras explicaciones. Una campaña directa entre Kirchner y Macri como planteó anoche el Presidente tiene altos riesgos para la oposición.

Radicales y peronistas, aún no macristas, saben ya que la Casa Rosada tiene asumido que será imposible revertir la diferencia de más de 21 puntos que Macri le sacó a Filmus en la primera vuelta del domingo.

  • Desafío doble

    La tarea será entonces debilitar. Kirchner puede permitir que le ganen la Capital Federal, pero no que ese triunfador se eleve desde allí al podio de jefe de la oposición. Por eso el desgaste de estas semanas le serviría al gobierno para intentar «domesticar» al macrismo: «Si el 25 Macri se sienta a dialogar con Alberto y Aníbal Fernández, no hay ningún problema para el gobierno», se afirma.

    El desafío, entonces, es doble y explica por qué hasta se convencería Alfonsín de no abandonar en este tramo de la campaña a quien consideró su límite en la política de concertación.

    Ese mismo peligro rige para Lavagna: un Macri reforzado por una victoria a solas contra Kirchner en la Capital Federal es un riesgo que no puede procesar.

    Por lo pronto, el ex ministro de Economía tiene otros problemas que enfrentar con sus actuales socios. Ayer se reunió por primera vez en el comité nacionalde la UCR, la Autoridad de Consulta.Ese cuerpo, presidido por Florentina Gómez Miranda e integrado por Juan José Canals y Adolfo López, tendrá la misión de tantear en cada radicalismo local el nombre del posible candidato a vicepresidente que acompañará a Lavagna en la fórmula.

    El problema para quienes deberán llevar adelante esa tarea es que los candidatos disponibles se fueron acotando. El que parecía número puesto, el senador mendocino Ernesto Sanz, fue proclamado el fin de semana como candidato a vicegobernador en la fórmula radical por Mendoza que encabeza Roberto Iglesias. Mas allá de las posibilidades de triunfo, ese lanzamiento tiene en inicio la intención primaria de continuar complicando a Julio Cobos. Pero, además, refleja las tensiones que el accionar de Lavagna produjo dentro de la coalición con el radicalismo al dilatar decisiones: «Si Lavagna lo quería a Sanz como vice, se hubiera acordado antes», llegó a decir Iglesias. Sanz, de todas formas, nunca se desesperó por ser la compañía del ex ministro en la fórmula presidencial.

    Con más calma pero en el mismo sentido, el jujeño Gerardo Morales, presidente de la UCR, se retiró también de esa posibilidad y ratificó que peleará la gobernación de su provincia. Quedaron entonces en la mira: Hipólito Solari Irigoyen, Adolfo Stubrin o Federico Storani, nombres con los que habrá que convencer ahora al resto de los radicales y a Lavagna.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar