23 de octubre 2019 - 00:00

Precalienta primer default corporativo de la era Macri

Es una empresa vinculada a proyectos de energías renovables en la provincia de Bs. As. Si no liquida en 10 días, acreedores podrían activar demandas.

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En los mercados, desde ayer se habla del potencial primer default corporativo importante de la era Macri. Se trata del bono a 10 años de la compañía de capitales canadienses Stoneway Capital -dedicada al desarrollo de proyectos de energía alternativa y renovables en el país-, emitido a 10 años por u$s665 millones a una tasa del 10%. La desarrolladora anunció ayer que no podrá cumplir en tiempo y forma con sus compromisos asumidos en 2017. La empresa no pudo liquidar en tiempo y forma un préstamo a la alemana Siemens por la entrega de turbinas para sus proyectos energéticos. Si el incumplimiento continúa durante los próximos 10 días, los tenedores de la deuda estarían legalmente habilitados para accionar las cláusulas de los acreedores para pedir el procedimiento de “cross default”. La empresa debía pagar en estos tiempos dos cupones según el cronograma de la colocación. Uno en septiembre, que fue liquidado sin inconvenientes; y otro en marzo. Este es el que podría tener problemas si la desarrolladora energética no logra liquidar el pago a la proveedora alemana en el tiempo estipulado en el contrato. Stoneway, de capitales provenientes de Canadá (pero según fuentes del mercado fuertemente vinculados a socios argentinos), desarrolló en el país (especialmente en la provincia de Buenos Aires) diferentes proyectos de energías alternativas y renovables, uno de los rubros que el Gobierno de Mauricio Macri más se esforzó por potenciar durante los primeros dos años de gestión; pero que con el tiempo sufrieron las mismas tormentas que el resto de las actividades industriales y de servicios con menor volumen de ayuda oficial.

La colocación de Stoneway se cerró en unos u$s665 millones totales y se concretó en dos momentos durante 2017. La primera en abril por unos u$s500 millones y una segunda por u$s665 millones en noviembre de ese año. En ambos casos se trató de una operación a 10 años, con una tasa de interés alta, pero que se garantizaba con el repago a partir de los flujos futuros que obtuviera el proyecto. Esto es: no se ponían en juego capitales propios de la empresa, sino que la liquidación del capital y los intereses dependía de la construcción de las plantas y a que el Estado pague los subsidios comprometidos a través de Cammesa. Stoneway afirmaba, además, que las ganancias que se obtuvieran en la colocación financiera, se reinvertirían automáticamente en nuevos proyectos de generación y conversión en una planta en San Pedro; a la vez que se comprometía el avance de otras tres plantas en Luján, Matheu y Las Palmas, las que generarían unos 600 puestos directos y otros 1.300 indirectos. La transacción generó expectativas notables en su momento (la oferta original había sido de u$s800 millones y se tomaron unos u$s500 millones), al convertirse en el primer “project bond” en Argentina tras más de dos décadas. El último había sido emitido por IEBA en 1992 durante la era de oro de las privatizaciones encaradas por el Gobierno de Carlos Menem.

Apuesta

Desde el primer momento este tipo de colocaciones e inversiones de capital eran las que más se fomentaban y promocionaban desde lo más alto del poder. Representaban todo lo que el macrismo quería que se desarrollase en el país, especialmente en áreas energéticas. La colocación de la deuda implicaba avanzar en proyectos de energía sustentable, un rubro que en teoría tenía un potencial enorme para avanzar. Sin embargo, una catarata de presentaciones judiciales en contra de los proyectos de la empresa (especialmente cuestionados por sus impactos ambientales) retrasaron la concreción de las obras, y, en consecuencia, los cobros de los subsidios prometidos desde el Estado, lo que sumado a la crisis desatada en 2018 bombardearon las posibilidades de éxito de los cuatro proyectos. Stoneway opera en Argentina con una subsidiaria, con la intención de atraer inversionistas para proyectos energéticos en el país. La compañía registró una filial en las Islas Vírgenes Británicas, llamada Stoneway Capital Ltd.

El bono de Stoneway Capital fue elegido en junio de 2018, como uno de las mejores recomendaciones para colocaciones financieras provenientes de un país emergente. Fue luego que Morgan Stanley Capital Internacional (MSCI), haya anunciado el ascenso del país de mercado frontera a emergente, con lo cual los papeles emitidos por los privados volvían a estar potencialmente en la mira de los fondos de inversión internacionales que manejan dinero, no sólo de especuladores, sino de pensiones y mutuales internacionales. En ese momento, y con ese marco financiero (pese a que la crisis desatada en abril de ese año ya producía los primeros destrozos en el mercado de capital local), la colocación de la empresa energética fue ingresada en una selecta selección de títulos de potencial muy buen rendimiento y curriculum. El que armó el listado fue Fidelity International, un especialista en el análisis para administradores de fondos de países emergentes, que colocó a Stoneway Capital en el mismo nivel que compañías de Brasil, Rusia, México, Arabia Saudita y Polonia, entre otras.

El bono en febrero de 2018 había sido reconocido como “bono del año” por la agencia Reuters en la categoría correspondiente a país emergente. No es el único potencial default en carpeta y bajo la atención de los operadores. Se sabe que hay al menos dos empresas con proyectos puntuales energéticos en situación similar, aunque a diferencia del caso Stoneway, pertenecen a emprendimientos encarados por empresarios y compañías vinculados a la causa “cuadernos”, motivo por la cual no pudieron avanzar en la concreción de las obras y, en consecuencia, en conseguir el dinero para cumplir con las obligaciones financieras.

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