El día que a la Selección Argentina la salvó un hincha para no quedar eliminada de la Copa América

En 1916, en la primera edición, el seleccionado nacional jugaba ante Brasil y ante la falta de un jugador para completar el equipo -tenían que estar los once para poder jugar- tuvo que recurrir a la tribuna en donde justo se encontraba un futbolista de Huracán.

La formación del seleccionado argentino ante Brasil, en la primera edición de la Copa.

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Transcurría el año 1916, cuando por primera vez se disputó la Copa que, por aquél entonces, se denominaba Campeonato Sudamericano de Selecciones. Recién en 1975 cambió su nombre pasándose a llamar Copa América, en el que solamente jugaban selecciones de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol).

Esta primera edición se realizó entre el 2 y el 17 de julio para celebrar los 100 años de la independencia de Argentina, y las selecciones invitadas fueron las de Brasil, Chile y Uruguay, las cuales jugaron junto a los anfitriones en Buenos Aires.

A lo largo de los años, son varios los casos curiosos que se han presentado en este mítico certamen.

Precisamente fue la Selección Argentina la que sufrió en esa primera edición un hecho insólito que pasó a la historia,

Por aquél entones los equipos debían presentar sus once jugadores para poder comenzar a disputar el encuentro y no se permitían cambios, ni había tarjeta amarilla o roja, como en la actualidad.

Argentina se iba a medir con Brasil el 10 de julio, desde las 14.30, en la cancha de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires y, un rato antes de comenzar el encuentro el técnico argentino recibió una noticia inesperada que podía terminar con la eliminación en el torneo.

Una de las figuras del seleccionado albiceleste, el delantero de Racing, Alberto Ohaco, no podía llegar a tiempo para disputar este clásico sudamericano.

Ante este imprevisto, al equipo argentino no le quedó otra alternativa que recurrir a la tribuna para encontrar a un improvisado reemplazante de Ohaco y no quedar eliminado en el segundo encuentro.

En la primera edición de la Copa, a la Argentina le faltaba un jugador para comenzar a jugar con Brasil. Para no quedar eliminada, tuvo que recurrir a la tribuna y ahí estaba el futbolista de Huracán José Laguna, quien bajó, se calzó la celeste y blanca y hasta convirtió el gol argentino.

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Los ojos de todos los jugadores recorrieron la tribuna en forma desesperada hasta que uno de ellos pudo reconocer entre los 20.000 espectadores a José Laguna, futbolista que jugaba en Huracán.

Laguna aceptó inmediatamente la invitación, se vistió con los colores argentinos y precisamente, a los 10 minutos puso en ventaja al seleccionado nacional.

Sin embargo, la alegría argentina duró poco, ya que 13 minutos más tarde Alencar marcó el 1 a 1 para los brasileños, resultado con el que terminaría el encuentro.

Otro hecho insólito que ocurrió resultó que el juez del partido fue Luis Carlos Fanta Tomaszewski, un futbolista, entrenador de fútbol, árbitro, dirigente deportivo y químico farmacéutico chileno.

Finalmente, Uruguay fue el campeón luego de empatar 0-0 ante la Argentina, en un partido que se jugó el 16 de julio en la cancha de Racing.