Clásico. Brasil ganó y ya piensa en el clásico contra Argentina.
Brasil, con todas sus estrellas salvo los milanistas Ronaldinho y Pato, ganó 1-0 en Tallin, capital de Estonia, en un amistoso de preparación para las eliminatorias del Mundial 2010.
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En un partido en el que los sudamericanos fueron los dueños de la pelota y del control del juego, el único y solitario gol apareció en los pies de Luis Fabiano a los 43 minutos tras un pase de Robinho que buscaba a Kaká en la entrada al área y que terminó en los pies del sevillista, bien situado, que marcó a placer. A pesar de su superioridad y de la falta de calidad del modesto combinado báltico, los hombres de Dunga fallaron en la ejecución y sólo pudieron ganar por la mínima, con un resultado que no refleja la enorme diferencia que quedó en evidencia en un estadio que no registró un lleno total.
Con este resultado, los sudamericanos prolongan su momento dulce y aumentan a nueve su racha de victorias consecutivas, sumando éxito tras éxito desde su empate de marzo en Quito ante Ecuador (fue 1-1), por eliminatorias. Su último balance es por ello espectacular: reciente campeón de la Copa de las Confederaciones en Sudáfrica, número uno de lista mundial de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) y líder y gran favorito en el grupo único de las eliminatorias de la Conmebol para la gran cita en Sudáfrica. Los brasileños comenzaron el choque a ritmo bajo, casi como si se tratara de un entrenamiento, ante un adversario que dejó clara su estrategia: muro en la defensa para intentar salidas al contragolpe.
Las primeras ocasiones vinieron gracias a Kaká, que brindó algunas gotas de su calidad en jugadas bonitas, pero por contra poco efectivas, mientras el estonio Konstantin Vassiljev, desde lejos, buscaba sin gran peligro sorprender a Julio César. La maquinaria Verdeamarelha se fue engrasando y su juego habitual fue activándose. Luisao estuvo a punto de abrir el marcador en el 26, pero su balón, de falta directa, se fue por poco. Kleberson también probó suerte, pero sus tentativas fueron abortadas por el arquero Sergei Pareiko, que tuvo una tarde con mucho trabajo, pero no se dejó intimidar por la constelación de estrellas que tenía enfrente.
La violencia con la que se emplearon los estonios en sus momentos de mayor apuro provocó que el propio Kleberson tuviera que ser reemplazado a los 36 minutos por Elano, tras una dura entrada de Ragnar Klavan. El gol de Luis Fabiano al borde del descanso permitió, con justicia, que los brasileños se fueran a los vestuarios victoriosos, después de su dominio de los primeros 45 minutos. En la reanudación, la situación continuó y Felipe Melo a los 48 primero, y luego de nuevo Luis Fabiano a los 50 estuvieron muy cerca de anotar el segundo, pero la mala fortuna y Pareiko frustraron sus repetidos intentos. Con la sucesión de cambios desde el inicio de la segunda mitad, el choque fue perdiendo intensidad y bajó el ritmo de juego.
A pesar de visitar con menos frecuencia el área local, los brasileños pudieron marcar, por medio del nuevo delantero del Villarreal, Nilmar, como uno de los hombres destacados gracias a su perfecta conexión con el jugador del Atlético Mineiro Diego Tardelli. A falta de cinco minutos, Estonia se quedó con diez por la expulsión de Dmitri Kruglov y Brasil bajó los brazos en la parte final, dando por concluida la prueba y con la mente ya viajando hacia Rosario, donde el 5 de septiembre el equipo se mide a Argentina en las eliminatorias mundialistas.
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