(Bloomberg)- El café arábica registró la mayor caída en más de una década, reduciendo un aumento mensual a medida que disminuían las preocupaciones de que las inclemencias del tiempo dañarán aún más las cosechas en el principal exportador, Brasil.
La industria del café sufre por el frío inusual de Brasil
Persiste el riesgo de que los consumidores vean subir los precios del café en un momento en que los valores mundiales de los alimentos en general están en alza.
-
Casi 20 grados y probables lluvias para este viernes 15 de mayo en Uruguay, según Inumet
-
Alerta naranja y amarilla por tormentas en la Ciudad y varias zonas de Buenos Aires

Durante la noche, las heladas alcanzaron alrededor del 80% del sur de Minas Gerais, la principal región productora del país, pero el impacto fue menor de lo que se temía, según Drew Lerner, presidente de World Weather Inc. La zona podría sufrir “heladas irregulares” el sábado y el domingo. La mayoría de las zonas azucareras y de cítricos se libraron de los peores registros, y cualquier impacto probablemente fue localizado, señaló Lerner.
“Cualquier pérdida por el evento de hoy será muy limitada”, dijo Carlos Mera, jefe de investigación agrícola de Rabobank International. “Sin embargo, aún vemos cierto potencial de heladas en los próximos tres días”.
Incluso con la caída del viernes, persiste el riesgo de que los consumidores vean subir los precios del café en cafeterías y supermercados en un momento en que los precios mundiales de los alimentos en general están en alza.
La ola de frío en Brasil es un nuevo golpe para las cosechas afectadas por la reciente sequía y las peores heladas de las últimas dos décadas. Las heladas podrían reducir el oferta mundial de café durante años, ya que son particularmente perjudiciales para los árboles jóvenes.
El café arábica para entrega en septiembre cayó hasta un 8,2% a US$1.8035 la libra, el mayor descenso intradía desde agosto de 2010. El precio aún acumula un alza de alrededor del 13% en julio y de más del 50% en los últimos 12 meses, después de que la sequía del año pasado y las tres heladas en lo que va de la temporada redujeran la producción de 2021 y las perspectivas para 2022-23.
Los árboles en el sur de Minas se han visto “significativamente afectados, y les costará recuperarse para la cosecha del próximo año”, dijo Lerner. El estrés será muy alto, no ha hecho tanto frío en muchos, muchos años y el suelo ya está seco”.
Las condiciones de sequedad hacen más crítica la llegada a tiempo de las lluvias para septiembre, que podrían retrasarse con el regreso de La Niña, señaló.
“La próxima producción de Brasil en 2022/23 se ha visto claramente reducida por el frío de este mes, por lo que los operadores pueden aprovechar un considerable retroceso a corto plazo para una nueva oportunidad de establecer posiciones largas”, según el Hightower Report de Chicago.
- Temas
- Clima
Dejá tu comentario