La decisión del gobierno de Estados Unidos de multiplicar por cuatro la cuota de carne argentina con arancel mínimo —que además pasará a estar completamente exenta— desató una fuerte reacción entre asociaciones ganaderas y legisladores, en un contexto marcado por la escalada de precios de los alimentos y, especialmente, de la carne vacuna en el mercado norteamericano.
Crece la tensión en EEUU por la ampliación de la cuota de carne argentina: legisladores advierten impacto en el mercado interno
La decisión de Washington de cuadruplicar la cuota de carne argentina y eliminar el arancel reavivó el conflicto con ganaderos y legisladores estadounidenses, que advierten impacto en el mercado interno en medio de precios récord y fuerte tensión política.
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Desde la Casa Blanca sostienen que la medida apunta a estabilizar los precios internos
En los últimos meses, los valores al consumidor alcanzaron niveles récord, lo que generó presión política sobre la administración de Donald Trump. Tras evaluar distintas alternativas para reforzar la oferta interna, la Casa Blanca avanzó con el aumento de la cuota argentina, que pasará de 20.000 a 80.000 toneladas anuales, junto con la eliminación del arancel del 10% aplicado hasta ahora.
Protestas y una carta de 50 legisladores
El anuncio provocó un inmediato rechazo del lobby ganadero y de un grupo de legisladores —en su mayoría demócratas— que enviaron una carta a la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y al Representante Comercial, Jamieson Greer. Allí afirmaron que la medida generó “caos” en el mercado, acusaron a Trump de “ayudar a la Argentina” y calificaron al presidente Javier Milei como un “líder extremista”.
La nota, encabezada por los demócratas Shontel Brown (Ohio) y Jim Costa (California), sostiene que el aumento de la cuota “desestabilizó el mercado ganadero”, provocó volatilidad en los futuros y perjudica a los pequeños productores. Según los firmantes, las importaciones representan apenas una fracción del consumo interno total, por lo que el impacto sobre los precios sería mínimo, mientras que la incertidumbre perjudica a los productores locales.
El reclamo de los ganaderos
Las asociaciones de productores de distintos estados aseguraron que el ingreso adicional de carne importada amenaza la sustentabilidad de las explotaciones familiares. La National Cattlemen’s Beef Association (NCBA) advirtió que los costos de producción siguen aumentando mientras los precios que reciben los ganaderos se ven presionados a la baja. “Esto pone en riesgo a una parte esencial de nuestras comunidades rurales”, señalaron.
Aunque la carta de los legisladores atribuye a la Argentina un rol significativo en el mercado, el propio documento admite que el país es hoy el octavo proveedor de carne vacuna a Estados Unidos y pasaría a ser el sexto con la nueva cuota. Incluso así, los críticos sostienen que el Gobierno está tomando decisiones motivadas por “cálculos políticos de corto plazo”.
Ganaderos en pie de guerra con Donald Trump por el impacto al mercado
Trump responde y ordena investigar a los frigoríficos
Ante las críticas, Trump publicó un mensaje en su red social defendiendo la medida y reprochando a los ganaderos no reconocer los beneficios que, según afirmó, obtuvieron por las tarifas impuestas a la carne brasileña. “También tienen que bajar sus precios”, escribió el mandatario, y afirmó que los consumidores “son importantes”.
Además, el presidente ordenó al Departamento de Justicia abrir una investigación por presunta colusión de precios contra cuatro grandes frigoríficos (Tyson Foods, JBS USA, Cargill y National Beef), que concentran entre el 80% y el 85% de la oferta nacional.
El precio de la carne vacuna en Estados Unidos viene subiendo desde enero, cuando Trump inició su mandato. Analistas y productores coinciden en que la raíz del problema es estructural: el rodeo vacuno norteamericano está en mínimos históricos, similares a los niveles de la década de 1950.
En este marco, la ampliación de la cuota argentina se convirtió en un tema central del debate público. Hubo protestas en estados clave como Texas, Nebraska y Dakota del Sur, donde la producción ganadera tiene fuerte peso económico y político.
El diario Financial Times reveló que la controversia impulsó a varios legisladores a solicitar reuniones con funcionarios del Departamento de Agricultura (USDA) y la Oficina del Representante Comercial (USTR) para conocer los detalles del acuerdo con el gobierno argentino y evaluar mecanismos que permitan limitar el ingreso de carne extranjera.
Desde la Casa Blanca sostienen que la medida apunta a estabilizar los precios internos en un contexto inflacionario y aseguran que cualquier ingreso de carne importada se hará “bajo estricta supervisión sanitaria”. Entre tanto, la discusión mantiene abierto un frente de conflicto entre la administración Trump y los sectores ganaderos, en un mercado que continúa bajo una presión creciente.
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