20 de febrero 2004 - 00:00

Cupones Bursátiles

Una lucha entre lo ortodoxo y lo heterogéneo, o aquello que tanto nos gusta -de García Lorcareferido al toreo: la lucha «entre un muslo y un asta desolada...». Y el verso previo: «ya luchan la paloma y el leopardo...» Fantástico modo de representar la habilidad y la técnica del torero, haciendo una «verónica» (¿así se llama, no?) con su capa, tan frágil como la paloma, frente a media tonelada de pura energía y nervio: el toro, que en la arena parece devenido en leopardo. ¿Y qué tiene esto que ver con la Bolsa, más precisamente, con nuestra Bolsa? Respecto de la Bolsa, que es no sólo bello -sino prácticopensarla con metáforas. ¿O acaso las ruedas más febriles no asemejan choques de palomas y leopardos; de muslos contra astas desoladas? En función de nuestro propio recinto, que no siempre responde -tal como el país-a los estímulos clásicos, de uno u otro tono, creíamos ver en el ruedo una lucha en esta zona del mes: por ver si se pueden seguir haciendo « verónicas», moviendo ágilmente en escaso volumen, o si los leopardos darán otro zarpazo.

Hábiles esquives, entradas estratégicas, con tal de que la oferta se haga la distraída y deje que el Merval recupere el terreno que perdió. ¿Puede hacerse con un nivel de negocios que quedó al desnudo ese lunes del feriado en Wall Street? Fueron $ 40 millones, es lo que dispone hoy el mercado doméstico. Pero, más preocupante el martes, ya entrada en el circuito global, se hicieron no más de $ 46 millones. Se puede continuar poniéndole el muslo al toro, esperando que lleguen refuerzos de órdenes y se decidan a apuntalar el rebote. Por ahora, se puede verificar que hay dinero ido del mercado, en los días de enormes volúmenes y fuertes bajas, que no han retornado nunca. Puede que estén a la espera. Que todavía no los conforme el nivel del Merval para reingresar. Puede que no.
 
Obsérvese que la metáfora del poeta, aplicada al mercado, nos ha dado la versión a la inversa: aquí el «toro» es la oferta, por contraposición a las figuras clásicas de la lucha entre «toros» (alcistas) y «osos» ( bajistas). Pero es que existen las licencias necesarias, cuando se trata de traducir una simple operatoria gris, a una página en colores. De lo contrario, todo pasa porque hubo más órdenes de oferta que de demanda. O, a la inversa, y se explica la suba. Es pobre y aburrido.Y si la Bolsa tiene una condición esencial entre las inversiones: es que resulta la más divertida, cambiante, dinámica, atrapante, de todas. De esas cuatro teclas, digamos que en Buenos Aires se toca a menudo la segunda, y que más de una vez saltan por los aires las relaciones académicas sobre su técnica. Es que en un medio donde se quiere pagar con otros bonos, los bonos que no se quieren pagar: toda la gama de posibilidades se abre, para cualquier cosa. Si algo no se puede exigir, es coherencia. Hasta tanto el escenario nacional no entre en actitudes coherentes. Por ahora, cabe que hasta el toro represente a la oferta. Y el lector nos perdone.

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