Diálogos en Wall Street
La decisión de la Fed de bajar un cuarto de punto la tasa era previsible. Sin embargo, el mercado reaccionó en baja. Un operador de la Bolsa de Nueva York que se identifica con el nombre de Gordon Gekko -el mítico personaje de la película «Wall Street»- da sus argumentos ante la inesperada reacción.
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G.G.: Sí. Desde el 3 de enero.
P.: Un mensaje que acarrea un cierto tufillo a labor cumplida. ¿Cómo que no sabe que cayó mal? Ese ingrediente no le debe de haber sentado bien a Wall Street.
G.G.: De acuerdo. Aunque ésa era, aun antes de la reunión, la opinión predominante entre los analistas. Que la Fed se tomaría un descanso después del retoque de agosto.
P.:A menos que la economía la convoque de nuevo a la acción.
G.G.: Esa puerta siempre permanece abierta. Es muy claro que la Reserva Federal retiene una preocupación por los riesgos de una mayor debilidad en el futuro. No la anticipa, pero está prevenida.
P.: ¿Cuándo se realiza la próxima reunión?
G.G.: No hay un nuevo cónclave hasta el 2 de octubre. Greenspan tiene todo setiembre para recolectar información.
P.: A esta altura, se vaticinaba una franca recuperación de la economía norteamericana. Nada de ello ha sucedido.
G.G.: Se pronosticaba una recesión. Y la salida vibrante después de la recesión. Ninguna de las dos situaciones se ha producido. Comparada con esa predicción -que era el consenso a comienzos de año, cuando la Fed se apuró a recortar las tasas-, la economía no está tan mal. De hecho, hasta el presente, ha logrado sortear la trampa de una contracción. Dada la magnitud de los shocks que ha recibido, no me parece un mal resultado.
P.: Ha quedado en una posición a mitad de camino.
G.G.: Tal cual. La Fed ha sido muy agresiva. Mucho más, para bajar las tasas que lo que fue para subirlas. Y el efecto de esa política monetaria todavía no se ha desplegado en pleno. Tenemos que acoplarle una política fiscal también generosa. Y desde hace un tiempo, una disminución en los precios de la energía que para el consumidor norteamericano opera de manera similar a un recorte de impuestos (y lo que es mejor que, en gran parte, se pagaba al extranjero). Son tres fuentes muy potentes de estímulo, las tres están activadas, y ninguna de las tres ha agotado su impacto. No me parece ilógico que la Fed decida hacer un alto hasta calibrar sus resultados.
P.: Que hasta el momento han sido escasos...
G.G.: Han evitado que la economía cayera en recesión. No es poco. Ahora, si la expectativa reside en volver a la velocidad de crucero que los Estados Unidos traían hasta mediados de 2000, me temo que se verá decepcionado. No es realista.
P.: Quizá la economía se arregle hoy con un cuarto de punto de baja. La Bolsa, decididamente, no.
G.G.: Eso es cierto. No voy a ser yo quien critique a la Fed por desatender la Bolsa. Quien haya visto caer el NASDAQ desde los 5.000 puntos hasta sus actuales 1.830 entenderá, sin embargo, que la Fed no puede hacer mila-gros. Ha evitado la recesión; es un buen trabajo, aunque no haya impedido el mercado bear (bajista).
P.: La Bolsa está entrando en un terreno que no pisaba desde abril. En el caso del NASDAQ, los mínimos están a tiro. Un nuevo derrape, y estamos ahí. Con la Bolsa en llamas, los temores sobre la economía no tardarán en aggiornarse.
G.G.: Muy probablemente. Revise sus apuntes y notará que siempre que hablamos de recesión, pensamos en 2002 y no en 2001. Todas las velas arden por la política monetaria. Hay mucha fe depositada allí. Más que la debida. Es mejor que la Fed administre con criterio su munición. Si esta fe se quiebra, la economía estará en problemas.
P.: ¿La Fed se puede quedar sin balas?
G.G.: Tenía a comienzos de año 650 puntos base para recortar, ya ha usado 300. ¿Cuánto peor estaría hoy la economía si hubiese usado 250? O ¿cuánto mejor si, con un patrón más agresivo, hubiera recortado 350?
P.: ¿Cómo saberlo?
G.G.: Probablemente, estaría igual. Lo importante fue el envión agresivo de comienzos de año, que reabrió los mercados de crédito y la clara señal de un giro de 180 grados en la postura de la Fed. La tendencia es una de tasas en baja. Eso es lo que cuenta. Y ese mensaje es muy nítido. Si usted mañana pusiese las tasas en cero, no lograría aumentar la inversión en telecomunicaciones. Hay un exceso fenomenal de capital invertido allí. Con toda la baja de tasas, los bancos están cortando los préstamos corporativos. La baja de tasas facilita la digestión de las deudas en el entretiempo. Pero de nuevo, medio punto, más o menos, no cambiará la situación de fondo. Pero medio punto en el bolsillo sí le da un mayor margen a la Fed para hacerse escu-char. Eso es lo que Greenspan debe preservar.
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