Washington (EFE) - El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo ayer que «el mundo está en crisis» por el alza de los precios del petróleo y los alimentos, y alertó que algunos países se hallan en «un punto crítico». En un análisis que difundió ayer la entidad, reiteró su oposición a restricciones a la exportación de alimentos como las que aplica la Argentina. Mark Plant, subdirector del departamento de Desarrollo y Revisión de Políticas del FMI, dijo que «las tensiones internas en el país reflejan las diferencias en el impacto sobre la población urbana y la rural».
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«El campo se beneficia de los altos precios de los alimentos, mientras que los pobres que viven en las ciudades son los más perjudicados», según el Fondo, al que le preocupa que impedimentos a la exportación elevan unos precios mundiales que no tienen visos de caer a corto plazo.
Su análisis coincide con un informe publicado ayer por la agencia de calificaciones Standard and Poor's, que alerta que la intervención pública para paliar la transferencia de riqueza de la ciudad al campo « potencialmente genera inestabilidad política».
Según Strauss-Kahn, el mundo ha soportado mejor de lo previsto la espiral de precios de las materias primas, gracias a que venía con el empuje de la mayor expansión económica desde hace más de 40 años, pero las reservas se encuentran ahora en mínimos en muchos lugares, indicó el Fondo. «Si los precios de los alimentos suben aún más y los del petróleo se mantienen, algunos gobiernos ya no podrán alimentar a su población y, al mismo tiempo, mantener la estabilidad de sus economías», advirtió en una conferencia.
En América latina los países más vulnerables son Haití, Nicaragua y Honduras, porque son naciones pobres que importan petróleo y comida, de acuerdo con la institución financiera, que divulgó ayer el primer análisis detallado sobre el tema.
Respuesta
También están en una situación precaria gran parte de Africa subsahariana y países asiáticos como Mongolia, Pakistán y Bangladesh, según el FMI.
«El cuadro es de un mundo en crisis», aseveró Strauss-Kahn, quien dijo esperar una respuesta «enérgica» del Grupo de los Ocho (G-8) la próxima semana en su cumbre en Japón.
El jefe del Fondo llevará bajo el brazo el informe divulgado ayer, pero para algunos de los participantes previsiblemente será difícil digerir algunas de sus recomendaciones.
Más tensión
Plant denunció que las ayudas que Europa y Estados Unidos otorgan a los biocombustibles añaden «tensión» al mercado mundial de alimentos. «La posición general del Fondo es que los subsidios deberían ser eliminados», comentó el funcionario.
Destacó que en EE.UU., las subvenciones desvían parte de la cosecha de maíz y trigo para la producción de etanol, y contrapuso la « buena» política de Brasil, que saca el biocarburante de caña de azúcar cultivada en tierras donde no desplaza a otro alimento y lo hace sin subsidios. Sanjeev Gupta, asesor del departamento de Asuntos Fiscales del FMI, dijo que el organismo está a favor de que Estados Unidos elimine su arancel a la importación de etanol brasileño.
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