3 de enero 2022 - 00:00

Campaña agrícola: las lluvias no lograron revertir la sequía

En el sector ya proyectan pérdidas de rendimiento en la cosecha ante la falta de humedad en los suelos.

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El año nuevo comenzó con un leve alivio para las regiones productivas más importantes del país, que en su gran mayoría sufren la falta de agua en suelo. Es que mas allá de las lluvias registradas, la zona núcleo sigue atravesando una situación de estrés hídrico que preocupa a todo el sector por las pérdidas que esto podría ocasionar y por una menor inyección de dólares en la economía como consecuencia de una caída en la producción.

Si bien en las primeras horas de 2022 cayeron entre 20 y 40 milímetros -de manera dispersa, tal como suele ocurrir en un año Niña- la situación desesperante no varió para las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, que son las zonas en las que se registraron precipitaciones.

La necesidad imperiosa de precipitaciones que tiene la zona centro del país indica que serían necesarios al menos 50 mm para evitar un mayor deterioro de los cultivos y pasturas de verano.

El hecho de que algunos productores hayan celebrado en las redes sociales, por ejemplo, los 20 mm registrados en Crespo (ER) o los 30 mm en Pergamino (BA) son una muestra de la necesidad latente que hay de agua sobre los suelos más productivos de nuestras pampas.

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el su último informe sobre Estado y Condición de los Cultivos, “las elevadas temperaturas y falta de lluvias aceleraron el desecamiento de lotes y agravaron las condiciones hídricas y de cultivo en soja, tanto en siembras de primera como de segunda. A la fecha, se estima que 3 de cada 10 has sembradas de soja presentan una condición hídrica regular o de sequía y esta situación podría agravarse rápidamente durante los próximos días”.

En soja, los productores alcanzaron a sembrar el 81,4% de los 16,5 millones de hectáreas proyectadas para la campaña 2021/22, sin embargo 8% de la superficie ya registra malas condiciones. El golpe climático a la oleaginosa no sólo se da en nuestro país sino que abarca a toda la región sudamericana. El dato no es menor y de hecho comenzó a ser observado por el mercado hace algunas semanas, con fuertes incrementos y precio y una cotización en torno a los U$D 500 la tonelada para el inicio de la campaña.

En lo que respecta al cultivo de maíz, un cereal que por sus atributos biológicos tolera la falta de agua más que la soja, también registró una caída en la superficie relevada como óptima. Del 93% que tenía condición hídrica adecuada, se pasó al 78% por lo tanto la falta de agua también castigó al cultivo que por tercer año consecutivo podría ser el de mayor producción en la Argentina.

El escenario es complejo. Según la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta la semana pasada el 75% de los suelos de la región núcleo presentaba condiciones de escasez de agua y sequía.

De todas maneras, el principal problema radica en que estamos atravesando un contexto de sequía desde hace más de 24 meses, por lo tanto la posibilidad que tiene un cultivo de tomar agua del suelo es cada vez más compleja. Según la entidad rosarina, en la zona de Pergamino hace un año la napa se ubicaba a 2,2 metros de profundidad y hoy está a 3,6 metros.

Si bien podrían registrarse algunas precipitaciones en los primeros días de la semana, serían de baja intensidad, dispersas y tendrían al acecho un enemigo constante que son las altas temperaturas, que provocan la rápida evaporación del agua que reciben las plantas.

Según el Pronóstico Climático Trimestral para enero, febrero y marzo que elabora el Servicio Meteorológico Nacional, las probabilidades de lluvia serían inferiores a lo normal sobre la region del Litoral, normales o inferiores sobre Córdoba y oeste de Santa Fé y normales sobre el norte del país, region de Cuyo, Buenos Aires, La Pampa y Patagonia.

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