Con euforia, durante el fin de semana un medio de comunicación oficialista anunció: «La clase media comienza a sumarse a la suba del consumo».
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Ilustran la nota caras felices que ahora se animan a entrar en el supermercado. Y también ilustra un cuadro donde se distribuye la recuperación del consumo por categorías. Es curioso.
Tres de los cuatro primeros rubros son galletitas: snacks, dulces rellenas y dulces secas. Y mucho más abajo se ubican las saladas. Eso sí, la clase media argentina las prefiere en envases más grandes. El artículo también se refiere a aquellos que se animan a comprar ropa y al crecimiento de la telefonía celular «prepaga». Es sabido. A la hora de darse lujos, la clase media argentina no repara en gastos.
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