Nuevas dosis de novedades que ayuden a reforzar el bajo estado de ánimo surcaron por el Norte. Uno de ellos, un antiguo mensaje acerca de «mejora de consumo» en enero, pero que detrás de la fachada del índice global, denota otras debilidades preocupantes. Junto con esto, Bush promulgando la dispersión fiscal de 180.000 millones de dólares.
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Efecto inmediato: los operadores del Dow pudieron darle otra vuelta de tuerca alcista, como para llegar -a poco del final- con mejora de 1,4%. Acusó buen recibo el Bovespa y se marcó con nivel de 1,3 por ciento de alza, quedando en manos del Merval completar un terceto victorioso y notorio. Sin embargo, la fuerza se fue desgastando al reciclar en el recinto porteño y, al cabo de la rueda, solamente quedó con 0,45 por ciento de suba, en sus «41» líderes ponderadas.
Esto, tras ver un mínimo de 2.019 puntos, con máximo de 2.045 y un cierre cercano a esto: 2.043. Se observa que la cota máxima es la que no pudo progresar en demasía, como llegando a un punto y al recabar más órdenes compradoras: hallar muchos claros. Hecho que debería corroborarse con el volumen.
Y así fue
Porque el total de efectivo se mantuvo en marcas de las más humildes, sin siquiera llegar a $ 58 millones en el total de acciones. Lo que dio para una suba módica, distante de lo que rindieron los demás referentes. Sin embargo, la diferencia entre especies fue bien clara, con «46» papeles en aumento y solamente «26» bajando.
Sector de «electricidad» se movió con buenos saldos, sólo sobrias las que más pesan y con Tenaris: en baja.
Nada parece ser definitivo, por más que se intentan repuntes en el centro bursátil que más energía irradia. La Bolsa local se quedó en el ritmo de operaciones y tal rasgo es el que más llama la atención, en momentos en que se podía alcanzar mayor repunte, por simpatía.
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