16 de mayo 2005 - 00:00
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«Cuando escribí este episodio no estábamos en guerra en Irak, financiábamos a Sadam Hussein, le ofrecíamos armas de destrucción masiva, no le considerábamos un enemigo (...) Es absolutamente increíble el paralelismo entre lo que hicimos en Vietnam y en Irak. Ojalá el film pueda despertar a la gente de Estados Unidos, en especial ante amenazas a nuestra democracia», dijo.
Lucas, que en los años 80 se negaba a establecer paralelismos políticos entre su saga y la realidad política (Ronald Reagan, que algunas veces fue comparado con «Darth Vader», denominó justamente a uno de sus planes espaciales «Star Wars»), dijo en Cannes que en los años 70, al inicio de la serie «estábamos en pleno período de la guerra de Vietnam, entonces la cuestión era saber cómo una democracia puede entregarse a un dictador y entonces perderse. Estudié mucho el período del imperio romano, por qué después de haber asesinado a César el Gobierno pasó a los sobrinos, por qué la Francia después del antiguo régimen se pasó a Napoleón, lo mismo que Alemania con Hitler», añadió.
Lucas, en la reunión de prensa, dijo que «siempre hay amenazas exteriores, incluso en Estados Unidos, puede haber problemas en una democracia, de corrupción, por ejemplo. Espero que no viviremos eso en nuestro país. Pero es un tema recurrente, cómo la democracia puede volverse dictadura, cómo una buen persona puede convertirse en una mala. La mayor parte de la gente piensa que es buena, pero toda actitud egocéntrica termina por transportar a una persona», consideró.
Su nueva película narra la historia de un hombre destruido por sentimientos de culpa, pues el bebé que secuestró muere accidentalmente, que antes de entregarsea la policía deambula por la capital de México y hace un picnic con su familia y la del bebé secuestrado.
Una sala llena al tope -la inmensa Lumiére de casi 2000 localidades- saludó con aplausos y unos pocos silbidos el fin de la proyección de una obra que hace de la lentitud una clave estilística y de unos cuerpos desnudos su razón estética. « Después de 'Japón' quise hacer una película ambientada en una ciudad, en mi ciudad, México D.F., mostrando los conflictos interiores de un hombre en un contexto social», agregó. «El sexo es importante y gracias a Dios lo hace toda la humanidad, si no no estaríamos aquí pero en mi cine este es revelador de los personajes» señaló Reygadas.
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