El sentimentalismo daña buena mirada sobre Kabul

«Cometas en el cielo» de Khaled Hosseini. Trad.: Isabel Murillo Fort. Editorial Salamandra. 382 págs. Barcelona, España, 2007.

Khaled Hosseini (Kabul, 1965) es un médico y escritor afgano, afincado en los Estados Unidos desde 1980, luego de que la invasión rusa obligara a su familia a buscar asilo político en ese país. Antes de « Cometas en el cielo» publicó varios cuentos, pero esta novela le granjeó un extraordinario éxito de ventas, a tal punto que a fines de este año se conocerá una versión cinematográfica.

«Cometas en el cielo» es la historia de una amistad traicionada por la desigualdad de clases y por la obsesión de un joven que, pese a sus esfuerzos, no logra obtener el cariño y la aprobación de su padre. El vínculo entre el aristocrático Amir (de origen pastun) y el humilde hijo de su criado, Hassan (de origen hazara) está inspirado en experiencias del propio autor. Pero aquí la relación entre ambos personajes se torna más conflictiva porque es reflejo de una sociedad sacudida por el fanatismo religioso y el exterminio étnico.

La soberbia y egoísmo del protagonista lo llevan a expulsar al fiel Hassan de su vida, entre otras cosas porque su admirado padre (el personaje más interesante de esta novela) parece amarlo más que a él. Amir hará todo lo posible para olvidar a su compañero de juegos sin lograrlo. Toda su vida estará marcada por ese sentimiento de culpa, hasta que finalmente, ya de adulto, logrará purgar todos sus pecados en un viaje que se ve forzado a realizar en el año 2001. Este tramo de la novela se lee como un relato de aventuras, sobre todo cuando el protagonista se atreve a llevar a cabo una tarea de rescate. Sus enemigos son seres sanguinarios, pervertidos y dispuestos a eternizar el régimen de terror que siguió a la caída de los talibanes.

El enfoque social y político del autor despide cierto tufillo maniqueísta sobre todo al ubicar a los Estados Unidos en un lugar impoluto. Muy diferente además del que reflejó el dramaturgo norteamericano Tony Kushner en su exitosa pieza «En casa/en Kabul». La obra abunda en momentos sentimentales pero esto no ayuda a que el lector pueda sentirse identificado con el protagonista.

Su mayor acierto es esa idílica evocación de infancia, en la ciudad de Kabul, durante la pacífica era pre-soviética. Una época en la que los jóvenes bebían gaseosas norteamericanas, devoraban todo tipo de literatura occidental (Mark Twain, Ian Fleming, Julio Verne, Víctor Hugo) y eran fanáticos de los westerns de John Wayne. Costumbres que hoy son consideradas en Afganistán dignas del infierno.

Patricia Espinosa