18 de julio 2024 - 11:40

El teatro como vehículo para hablar de la dislexia

“Goyo” en Netflix o “El curioso incidente del perro a medianoche” en teatro tratan sobre jóvenes con síndrome de Asperger. Ahora llega la primera obra sobre dislexia a calle Corrientes: “Lexi".

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Desde “Querido Evan”, cuyo protagonista es un solitario chico que padece trastornos de ansiedad a la reciente “Goyo” o antes “El curioso incidente del perro a medianoche” ambas sobre jóvenes con síndrome de Asperger, siguen lanzándose obras o series que buscan echar luz sobre esas diferencias y apelan a la inclusión. “Lexi, hablemos de Dislexia”, de Delfina Perri, trata sobre una nena de 9 años que siente que nunca alcanza. En el colegio le va mal, la retan, saca malas notas y su gran imaginación no basta para comprender qué le pasa hasta que aparece Lexi, un gracioso personaje que la acompañará en su vida.

Basta recordar series como “Atypical”, “The Good doctor”, “Mi nombre es Khan” o la pionera e inolvidable “Rainman”, para traer la temática desde el humor para el abordaje de temas difíciles que vale la pena conocer.

Con música de Diego Lozano, dirección vocal de Eugenia Gil Rodríguez y dirección general de Lali Vidal y Federico Fedele, “Lexi” puede verse de miércoles a domingos en El picadero. Conversamos con Perri.

Periodista: ¿Por qué escribiste una obra sobre la dislexia? ¿De dónde viene tu cercanía a esta problemática?

Delfiina Perri: Soy profesora de teatro y empezamos a notar cada vez más chicos con dislexia, un 20% en un aula, y en general los padres resistían a los piscodiagnósticos cuando se los pedían, los chicos lo ocultaban de sus compañeros, se vivía con vergüenza, se sabía poco sobre las adecuaciones que había que hacer con los chicos, entonces empezamos a indagar qué se sabía sobre la dislexia y los chicos decían que era un problema en los ojos, una enfermedad, una discapacidad, “es eso que te caés al piso y te sacudís”. Era tanta la desinformación que quisimos visibilizarlo. Mi idioma es el teatro que en principio fue para la comunidad educativa y como tuvo un impacto tan positivo llegó a oídos de DIFAM Argentina que me propuso llevarla a calle Corrientes.

P.: ¿Qué se sabe sobre la dislexia?

D.P: Es hereditaria, es un sistema operativo diferente, una forma distinta de procesar el lenguaje en el cerebro y la realidad es que los chicos sufren porque el sistema educativo está apoyado en el código escrito, que es la forma de transmitir el conocimiento. Copiar del pizarrón, leer texto, un libro. El 20% de la población mundial sufre de dislexia pero sólo 4% está diagnosticado y muchos adultos se enteran de que lo padecen porque diagnostican a un hijo o sobrino. No eran vagos sino que tenían dislexia. El patrón de dificultades es la falta de concentración, orientación, confusión entre derecha e izquierda, confusión de las letras, por lo cual afecta a la lectoescritura. Desde tercer grado se imparte conocimiento de ese modo y ellos van quedando atrás.

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P.. ¿Qué se puede sumar desde el lado de las habilidades?

D.P.: La creatividad, la resiliencia, la exploración, resolución de problemas, el pensamiento lateral, la empatía, la inteligencia emocional. Esas habilidades se valoran hoy a nivel mundial, por ejemplo Linkedin diseñó un botón de habilidades que es el pensamiento disléxico. Se están cambiando los sistemas de reclutamiento porque estas habilitades se valoran y otras pueden ser reemplazadas por la Inteligencia Artificial.

P.: ¿Cuál fue el desafío al querer contar esto como obra de teatro?

D.P.: Me costó mucho escribir esta historia sin que fuera un drama porque los chicos que sufren de esta incomprensión suelen quedar muy dañados en su autoestima así que no encontraba cómo escribir algo positivo hasta que apareció Lexi, que viene a mostrar las habilidades.

P.: En los últimos tiempos se avanzó hacia la inclusión e integración. ¿Cómo lo ves?

D.P.: Hay voluntad para ayudar pero también desconocimiento. Junto con la obra diseñamos un podcast orientado a padres, docentes, para que puedan conocer sobre la dislexia y las adecuaciones que pueden hacerse en el aula. Si no se hacen es porque no se sabe cómo. No conozco docentes que quieran bochar alumnos sino que muchas veces no sabemos cómo ayudar. Todavía sostenemos un sistema educativo antiguo que sería mejor que se centrara en proyectos y desarrollo de estas habilidades claves para la evolución.

P.: Desde algunas obras de teatro o series se indaga en diferentes síndromes o trastornos, ¿qué aporta el teatro?

D.P.: Lo lindo del teatro es que uno puede apelar a la emoción, el compromiso, cuando logra generar empatía con el personaje y de esa manera se vuelve más efectivo. En “Lexi” decimos cosas duras pero lo hacemos a través del humor, invitan a la reflexión sin ofender. El teatro desde sus orígenes funcionó como educador y formador, es importante recuperar ese rol del teatro en la sociedad.

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