El proceso judicial que tiene como acusado a Sean “Diddy” Combs por tráfico sexual y crimen organizado sumó esta semana un estremecedor testimonio. “Mia”, exasistente personal del empresario musical, declaró ante el jurado que vivió bajo un régimen abusivo durante los ocho años que trabajó para él, entre 2009 y 2017. Relató que fue agredida sexualmente, forzada a tener relaciones sin consentimiento, sometida a violencia física y explotada laboralmente al punto de pasar días enteros sin dormir.
Graves denuncias contra Diddy Combs: exasistente relató años de abusos físicos, sexuales y laborales
En el juicio por tráfico sexual que enfrenta Sean "Diddy" Combs, su exasistente personal declaró bajo seudónimo y ofreció un duro testimonio sobre el trato abusivo, violento y controlador que sufrió durante casi una década.
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Sean Diddy Combs enfrenta varios cargos, entre ellos por abuso sexual.
Durante su declaración, la mujer, que también cofundó el estudio Revolt Films junto a Combs, describió un entorno “tóxico y caótico”, donde todo giraba en torno al volátil estado de ánimo del artista: “Los días buenos y malos dependían de cómo se levantaba Puff”, afirmó, usando uno de los apodos más conocidos del productor. Aseguró que los cambios de humor eran abruptos, y que cualquier error podía desencadenar reacciones violentas.
Nuevas acusaciones se suman contra Diddy, quien cada vez está más complicado.
Entre los episodios más alarmantes que narró, Mia señaló que Combs la arrojó a una piscina, le vació hielos en la cabeza y le golpeó el brazo contra una puerta. También relató situaciones de abuso sexual, como cuando el rapero metió la mano bajo su vestido, la obligó a practicarle sexo oral y se metió en su cama sin su consentimiento. El testimonio fue brindado con un tono pausado y, en ocasiones, vacilante, como reflejo del trauma vivido.
La situación que enfrentaban los empleados de Combs era extrema, al tiempo que Mia contó que podía pasar hasta cinco días sin dormir mientras su jefe asistía a eventos en distintas ciudades, y que terminó dependiendo del medicamento que tomaba por su TDAH como sustituto del descanso. En ocasiones, realizaba el trabajo que normalmente desempeñaban cuatro o cinco personas, sin apoyo ni descanso, y alojada en casas de huéspedes donde no tenía libertad de movimiento. “Esta es mi casa, nadie cierra puertas con llave”, citó a Combs durante el juicio.
Mia es la segunda de tres mujeres que testifican en el caso, y su declaración coincide con la de Cassie Ventura, expareja del productor, quien también habló de episodios de violencia y manipulación sexual. Cassie, quien brindó testimonio durante cuatro días, expuso detalles sobre los denominados “freak-offs”: encuentros donde se combinaban drogas y sexo con trabajadores sexuales masculinos, presuntamente organizados y dirigidos por Combs. Según los fiscales, una tercera mujer identificada como “Jane” también se presentará para dar su versión sobre estos encuentros.
Durante su relato, Mia también recordó un episodio particularmente violento ocurrido en 2013 en la casa de Cassie en Los Ángeles. Allí, según relató, Combs golpeó la cabeza de la cantante contra una cama, causándole una herida sangrante, mientras ella y el estilista Deonte Nash intentaban intervenir. “Era como un tornado”, dijo sobre el violento estallido del empresario.
Sean Combs, de 55 años, ha negado los cargos y se declaró inocente. Sus abogados admitieron que el artista podía ser agresivo, pero aseguran que nunca utilizó su poder o influencia para cometer ni encubrir abusos. El juez Arun Subramanian autorizó que algunas denunciantes testifiquen bajo seudónimos para preservar su identidad y seguridad, e incluso prohibió que se describiera el aspecto de Mia en la sala del tribunal.
El juicio continúa y se espera que las declaraciones de las víctimas sean claves para el desarrollo del proceso, que ha expuesto una oscura cara del detrás de escena en la industria del entretenimiento.


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