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Eso que, muy genéricamente, se ha bautizado como tango electrónico no ha terminado todavía de definir su rumbo. O, en todo caso, debería decirse mejor que su rumbo está muchísimo más cerca de la tradición que de la modernidad. Bajofondo, el grupo que comandan Gustavo Santaolalla, Juan Campodónico y Luciano Supervielle, está, sin dudas, entre las propuestas más serias -y más reconocidas comercialmente- en este terreno. Sin embargo, tampoco ellos han logrado escapar a esos parámetros que los siguen atando muy fuertemente al pasado.
Porque hay patrones como el ritmo -aunque puedan escaparse hacia el rap, el pop u otros géneros «jóvenes»-, la melodía la temática poética que conservan un anclaje muy fuerte con el pasado; y el estilo piazzolleano se transforma en una modernidad absoluta sólo en una de las pistas de este nuevo álbum. Y apenas en la libertad de las formas se puede descubrir una ruptura con alguna proyección hacia el futuro. A partir de eso, sí debe decirse que el disco está muy bien realizado. Cuenta con una formación instrumental básica, con mucho sampler pero esta vez también con muchos instrumentos acústicos y clásicos del tango.
Los temas se reparten entre los integrantes de Bajofondo y no hay, en este caso, revisiones de piezas conocidas. Y el atractivo extra está en la presencia de muchos artistas invitados -como Elvis Costello, Nelly Furtado, Gustavo Cerati, Ryota Komatsu, Lágrima Ríos -lo último que grabó antes de su muerte-, Mala Rodríguez, Juan Subirá, etc.-, que le dan variedad a la audición, aunque no aportan especialmente desde la renovación estética.
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