6 de noviembre 2003 - 00:00

Más documental que policial

«Bonifacio» (Argentina, 2003, habl. en español.) Guión y dir.: R. Magallanes, sobre texto de H. Fadul. Int.: A. Steimberg, C. Pedraza, S. L. Carrión, C. Carrasco, J. Ruiz, R. B. Romero.

Sin pretensiones de entrar pisando fuerte ni mucho menos, el santafesino Rodrigo Magallanes debuta en el largometraje con este trabajo de apenas 70 minutos, basado en un cuento fantástico del campo patagónico, según se lo transmitiera un escritor santacruceño, el fallecido doctor Héctor Fadul. El resultado es señalable, y satisface debidamente a su público natural.

La historia es simple: apenas empieza, el joven del título mata, sin razón evidente, a su único amigo, y ahora el estanciero que lo vio crecer es, acaso, el único que podría comprenderlo (si no defenderlo, ya que también es abogado). En todo caso, la clave del drama estará en una garra de puma engarzada como amuleto, algo que puede ser un regalo envenenado para quien la posea. Esta y otras situaciones se engarzan, a la vez, en una especie de cuadro ambiental sobre la vida en el Sur argentino, que de algún modo va desplazando parte del interés inicial por el crimen.

Los méritos de la obra no pasan, entonces, por los efectos especiales del género, aquí prácticamente inexistentes, ni por la sanguinolencia visual, que tampoco abunda aunque comience con un hecho de sangre.

•Regional

El atractivo es otro, y hace a la recuperación de un tipo de narrativa propia, regional, algo inocente pero bien conocedora, que tiene debido espacio en las librerías de provincia, pero no en las pantallas. Esta película es, como esos libros, bien de provincia, enteramente hecha por gente del lugar, y con su espíritu. Se aprecia en esto la experiencia del autor como documentalista de usos, gentes y costumbres para la televisión riogallega. El registro de actividades rurales y paisajes lo ayuda, además, a apuntalar la historia, compensando de ese modo las irregularidades del inexperto elenco, y el discutible tono elegido para el narrador, como vencido por el destino, dos graves defectos de la obra.

Una imagen: la primera sonrisa del Malo, que ahí llaman El Grandote, cuando se aparece de golpe, todo engalanado de plata y negro en plena noche.

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