22 de febrero 2021 - 00:01

"El rumor de las palomas", o el equilibrio inestable de una pareja

Interpretada por Vanesa González y Juan Tupac Soler, se estrenó en la plataforma del Teatro Cervantes.

El rumor de las palomas. Vanesa González y Juan Tupac Soler en la obra del tucumano Mario Costello.

El rumor de las palomas. Vanesa González y Juan Tupac Soler en la obra del tucumano Mario Costello.

Cuatro días en la vida de una pareja en la que, en un segundo, el vínculo puede mutar inexorablemente. De esa y otras cuestiones trata ¨El rumor de las palomas¨, un nuevo estreno del Teatro Cervantes que puede verse desde el fin de semana en su plataforma on line, con actuaciones de Vanesa González y Juan Tupac Soler, dirigidos por Lorena Romanin (¨Como si pasara un tren¨) sobre el texto de Mario Costello, uno de los ganadores del concurso Nuestro Teatro. Dialogamos Romanin sobre este y otros proyectos.

Periodista: ¿Qué le atrajo del texto?

Lorena Romanin: Cuando me lo dieron era una panacea un trabajo en teatro porque fue en plena cuarentena. El concurso del Cervantes estuvo hecho para eso. El texto es del tucumano Mario Costello y es bastante encriptado, me costó comprender al principio de qué iba, lo tuve que leer varias veces y sentí que lo mío era una hipótesis. Finalmente, con la puesta se terminó de delinear. Quedó claro el conflicto aunque no deja de ser encriptado.

P.: ¿Cuál es ese conflicto?

L.R.: Hay una la pérdida de un bebé como base, que es algo que a muchas mujeres nos pasó, es muy doloroso, y en una pareja puede generar distintas cuestiones. Me apoyé en esa emoción en relación a ese episodio que vivieron los personajes y viví yo en carne propia. Ahondamos en las cuestiones de pareja, en cuando se vuelve muy difícil avanzar y se sigue haciendo fuerza para ir adelante mientras se mira para otro lado. Lo vincular siempre me interesa y esas dos cuestiones, la pérdida del bebé y la traba en la pareja, signaron el trabajo.

P.: ¿Cómo fue trabajar en el Cervantes en cuarentena?

L.R.: El proceso fue muy particular porque eran diez días de ensayo en el teatro presencial, entonces antes de eso había que decidir toda la puesta, lo cual era complejo por cómo estamos acostumbrados a trabajar. Fue difícil no ver a los actores en cuerpo presente, sobre el escenario, y conseguir plantear en un texto poco realista. Pero creo que lo conseguimos gracias a Gabriela Gerdelics, que además de hacer el vestuario y escenografía ofició de interlocutora, porque al momento de los ensayos no tuve mirada ni feedback. También sumó la música en vivo, con un violinista espectacular como Sami Abadi.

P.: ¿Qué puede decir de lo vincular en relación a las cuestiones de pareja?

L.R.: Si bien la obra está atravesada por esto tiene que ver más con cómo reaccionaron los protagonistas a lo que les pasó y generó la distancia entre ellos. Hay cosas fuertes que generan un escalonazo en las parejas, como una infidelidad, la pérdida o nacimiento de un hijo, todas cuestiones que traen su proceso atrás.

P.: ¿A qué alude el título de la obra?

L.R.: Él dice que los pájaros se quejan todo el tiempo y ella dice que no, que esperan la caída del sol y aguardan el amanecer. A mi criterio se refiere al dolor y a que esos dolores son para pasar a otra instancia.

P.: ¿En qué otros proyectos trabaja?

L.R.: Sigo como curadora de Microteatro y estoy contenta con su reapertura en La Rural, lo que implicará espacios grandes, ventilación y todo lo exigido. Allí dirijo una obra que hicimos en el Cultural San Martín, ¨Todo lo posible¨, y también para ese espacio estamos viendo si estreno ¨Julieta y Julieta¨.

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