Toronto - Hace un año, el Festival de Cine de Toronto (TIFF) se vio afectado por la huelga de actores y directores (SAG-AFTRA). La edición 2024, que acaba de finalizar, mostró un panorama diferente, con numerosas figuras que se vieron en la muestra, entre ellas Cate Blanchett. Es indudable que, con la presencia de la mencionada actriz, el TIFF quiso en cierta manera emular a Cannes, donde quien dio una clase maestra fue Meryl Streep.
Toronto cerró su Festival con notables novedades en cine
La mayor muestra canadiense, que rivaliza con Venecia (inclusive en fecha), tuvo como estrella a Cate Blanchett, y entre sus estrenos mundiales se destacó la ficción vaticana "Cónclave", con Ralph Fiennes.
-
Daniel Day-Lewis regresa a la actuación tras 7 años: será dirigido por su hijo
-
Prime Video: una pareja totalmente opuesta se involucra en una historia de nuevas experiencias sexuales pero también de traumas
Toronto cierra cada año el trío de mayores festivales del mundo, apenas una semana más tarde que Venecia y cuatro meses después de Cannes. La ventaja que tiene este Festival es que, al ser el tercero en orden cronológico, puede ofrecer lo mejor de los otros dos, y de hecho “Anora”, la ganadora de Cannes, estuvo en su programación. También ese fue el caso de las principales vencedoras de Venecia.
Pudimos así ver “The Room Next Door” de Pedro Almodóvar, primera producción en inglés del manchego, con un dúo de actrices estupendo (Julianne Moore, Tilda Swinton) que seguramente competirán por el Oscar, aunque quizás en diferentes categorías (Moore en la principal).
Otro de los films norteamericanos premiado en Venecia (mejor director) fue “The Brutalist”, del poco conocido Brady Corbet, donde nuevamente Adrian Brody interpreta a un judío de Europa del Este (recordar “El pianista”), en este caso de Hungría. Se trata de László Todt, un arquitecto que emigra a los Estados Unidos en la década del cuarenta y conoce a un magnate de nombre Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce), quien termina empleándolo. La curiosidad es que existió un László Todt (¿acaso el mismo?), quien se ganó la fama cuando, martillo en mano, afectó con quince golpes a la famosa Pietà de Miguel Angel en el Vaticano en 1972.
Pero en Toronto también se vieron otros films premiados en Venecia, cual es el caso de “Vermiglio”, de la realizadora Maura Delpero, que pese a haber nacido en Italia suele pasar varios meses al año en nuestro país. Vermiglio es el nombre de un pueblo del norte del país de origen de su realizadora. Está ambientado cerca del fin de la Segunda Guerra Mundial y lo que deslumbra es la fotografía, así como la presencia de muchos no-actores, habitantes de un lugar perdido no lejos de Turín.
Lo que no se puede entender es el premio de Venecia a la mejor actriz que recayó en Nicole Kidman, por su papel como Romy, una ejecutiva quien durante diecinueve años está casada con un director de teatro (Antonio Banderas) y recién al cabo de casi dos décadas éste se entera de que nunca la ha satisfecho íntimamente. En realidad, el film plantea un triángulo cuyo tercer lado lo forma el joven Samuel (Harris Dickinson), nuevo ingresante en la empresa de Romy. Él es un abusivo e impertinente manipulador, que la somete a diversas humillaciones e incluso se da el lujo de ir a su casa, para sorpresa de su marido e hijas.
Pero no todo fue Venecia en Toronto, ya que, a diferencia del festival italiano, el canadiense tiene un importante mercado (lo llaman Industry). Y aquí se notó la presencia de las plataformas como Netflix, Amazon y otras que cada vez dejan menos espacio a los distribuidores independientes. De hecho, este año, la ausencia de compradores de la Argentina fue muy manifiesta.
Hay más de una razón que explica este fenómeno. Por un lado, es Cannes quien concentra la mayor concurrencia de distribuidores de nuestro país. Pero además en 2024 el American Film Market (AFM) cambió su clásica sede en Los Angeles (el tradicional Hotel de Santa Monica ya había cerrado en 2022) y se trasladó a Las Vegas, esperando atraer a distribuidores con el atractivo indudable que la ciudad de los casinos brinda.
Lo que aportó el TIFF fueron algunos films que tuvieron su estreno mundial en Toronto. Tal el caso de “The Life of Chuck” de Mike Flanagan, emotivo film que ganó el muy importante premio de público. Vale recordar que, al no ser competitivo, no se trata de un festival de clase A, como lo son Cannes y Venecia, pero también San Sebastián e inclusive Mar del Plata.
Donde Toronto también puede aportar títulos para la carrera del Oscar es en la categoría mejor película internacional y entre ellos un muy sensible film de Somalía (“Mother Mother”), de intenso poder emocional. Otro de los films que vale mencionar es “Willliam Tell” de Nick Hamm que está ambientado a principios del siglo XIV y que arroja mucha luz sobre la famosa “manzana”, en la epóca en que los suizos eran dominados por la vecina Austria.
Y en tren de agregar otra de las películas de estreno mundial en el festival habría que referirse a “Hard Truths” de Mike Leigh. Tremenda es la decepción que produce el reencuentro del realizador de “Secrets and Lies” con su actriz Marianne Jean-Baptiste, en el personaje de una mujer que parece odiar a todo el mundo.
Cerrando la lista de films de estreno mundial se vio “Cónclave”, de Edward Berger (“Sin novedad en el frente”), cuyo título alude a un hecho histórico ficticio, una elección de un nuevo Papa. Quien más se luce es Ralph Fiennes como el Cardenal Lawrence, lógico candidato a nuevo pontífice, aunque él no quiera serlo. El énfasis de “Cónclave” es la lucha entre cardenales conservadores (como el italiano que protagoniza Sergio Castellitto), otros más progresistas como el de Stanley Tucci, y uno latinoamericano, que, aunque en nada se parece a Francisco, puede ser una referencia.
Es muy buena la escenografía del Vaticano y fascinante la manera en que los cardenales van cambiando sus preferencias. Se necesitarán más de cinco votaciones hasta que finalmente aparezca la “fumata” blanca. Entre los candidatos habrá varios que no ocultan su ambición, como uno de habla inglesa (interpretado por John Lithgow) quien revela un pasado turbio de un competidor africano. Su intento se verá, sin embargo, frustrado gracias a la asistencia de una hermana religiosa (Isabella Rossellini), señal (quizás feminista) de que en el Vaticano algo está cambiando.
Dejá tu comentario