Se estrena en San Sebastián la remake del mito erótico de los años 70, “Emmanuelle”, que luego de ser proyectada responderá los interrogantes de cuanto de aquel paradigma de la mujer objeto tiene cabida en el mundo actual o si realmente cumple con la promesa de su directora, la francesa Audrey Diwan, de explorar el placer en la era post Mee Too.
Una Emmanuelle del siglo XXI
“Emmanuelle”, junto con “Último tango en París”, fueron dos símbolos del cine de erotismo soft que rompieron taquillas en los ´70.
-
La historia de la actriz que rechazaba la fama e hizo una de las mejores escena de sexo en la historia del cine
-
Max: la dramática película en la que una ex pareja empieza a hacer su vida imposible
“Emmanuelle”, con Sylvia Kristel, junto con “Último tango en París”, de Bernardo Bertolucci, fueron dos símbolos del cine de erotismo soft que rompieron taquillas en Europa en tanto “Emmanuelle” se convirtió en fenómeno sociológico y mediático. Protagonizada por Sylvia Kristel, transformó esos sillones de mimbre amplios y redondeados en fascinación y éxito de ventas gracias al póster de la película. Ese film disparó la primera escena en pantalla grande una de las fantasías más reiteradas: el acto sexual en el estrecho baño del avión.
Un relato de estética revisitada y rasgos eróticos que fue repetido y copiado con el tiempo, aunque nunca superado en la fantasía de quienes la vieron por primera vez. Ahí radica su crucial impacto histórico, ya que permitió ver actos sexuales en cuanto escenario atípico pudiera imaginarse, como las locaciones lujosas en Bangkok. Adelantada a su época, rompió tabúes sexuales, cuando esta imaginería era solo permitida en el llamado cine XXX.
“Emmanuelle” se estrenó con total normalidad en el mundo, excepto en la dictadura franquista, y fue censurada en la Argentina por el ente que regía el cine a cargo de Miguel Paulino Tato. Se vio de manera clandestina y en el mundo permitió al gran público acercarse a ver aquello que hasta entonces estaba prohibido o limitado al cine clandestino.
La historia de Emmanuelle, una joven recién casada que viaja a Bangkok para reunirse con su marido, un diplomático francés que asegura no ser celoso, tuvo un amplio recorrido, mucho más amplio de lo imaginado a priori. Una serie de películas que son un claro ejemplo de erotismo conservador y que hoy puede verse como la cosificación del cuerpo femenino, muy a contramano de las corrientes feministas.
En pleno siglo XXI, acercarse de nuevo al personaje creado por Arsan debería pensarse como reinvención. Y no solo por todo lo acontecido tras el MeToo, sino porque aquel cine dirigido solo a la mirada voyerista de un hombre heterosexual hoy parece demodé. Dirigida por Audrey Diwan, su film anterior, “El acontecimiento”, adaptó la novela del mismo título de Annie Ernaux sobre las dificultades de una joven para abortar en la Francia de los 60.
- Temas
- Cine
Dejá tu comentario