Venegas: lo convencional tiene también su encanto

Con su música simple, la mexicana Julieta Venegas se convirtió en un éxito y logró rápidas identificaciones.

Julieta Venegas exhibe un toque de ternura en casi todo lo que hace. Sus canciones no salen del formato conocido de la cantante latina, pero al volcarse decididamente por textos que hablan desde y para el universo femenino, marca su originalidad. Las melodías tampoco se alejan de lo más convencional en materia de canciones pop, pero su manera de cantar -desprolija, algo disfónica, aún con pequeñas desafinacionesles agrega un toque personal que la separa del resto de sus colegas.

Con esas herramientas,con el respaldo de una banda pop clásica y profesional en la que trabajan dos argentinos: el guitarrista Martín García Reynoso y el bajista Ariel Cavalieri, y repartiendo su repertorio entre su último disco »Limón y sal», -con el que terminó de posicionarse en los rankings de nuestro país- y de álbumes anteriores, hizo un buen concierto frente a un Obras repleto.

No se busquen, entonces, mayores sorpresas. La mexicana que, además de cantar, toca el acordeón más para la foto que para la música, ha recorrido lentamente su camino a la fama y la ha conseguido. Hoy es una artista «internacional» que encontró el «nicho de mercado» en las mujeres que se sienten representadas por ella, en los novios y maridos que se entretienen enterándose lo que piensan sus mujeres, en las adolescentes y las niñas que la sienten muy cercana. Desde esa inmediatez y esa simpleza hace su show.

No hay en su espectáculo artilugios mayores que un trío de pantallas circulares muy bien trabajadas que funcionan como escenografía y no como reproducción de lo que sucede en el escenario. Su postura es honesta; y ése es, sin duda, un valor agregado en su trabajo. Venegas parece creer todo lo que canta y sería, probablemente, compradora de sus propios discos; como lo están siendo, por estos tiempos, miles de argentinos.