La escena se repite en miles de hogares: mientras alguien pone la mesa, la madre ya está pensando en qué falta para el desayuno de mañana, en si el uniforme del colegio está limpio o en cómo encajar la visita al médico entre la jornada laboral y las tareas de la casa. Ese “piloto automático” de organización, planificación y control del día a día tiene un nombre: carga mental.
Día de la Madre: qué es la "carga mental", por qué afecta más a las mujeres y cómo se puede aliviar
La presión invisible que recae sobre las madres impacta en su salud y bienestar. La maternidad, en números.
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Un estudio demostró que las madres se encargan de un 70 por ciento de las tareas domésticas.
Este concepto, cada vez más mencionado en ámbitos académicos y familiares, describe el esfuerzo invisible que sostiene la vida cotidiana. No se trata de lavar los platos o hacer las compras en sí, sino de estar pendiente constantemente de que todo eso se cumpla a tiempo. El problema es que, en la mayoría de los casos, son las mujeres —y especialmente las madres— quienes asumen esa mochila.
El Día de la Madre suele ser un recordatorio de agradecimiento, pero también abre la puerta a reflexionar sobre las desigualdades que persisten en los hogares. Porque más allá de los regalos y las flores, lo cierto es que muchas mamás conviven con un nivel de estrés que excede lo visible y que incluso puede afectar su salud física, mental y laboral.
Las madres asumen el 70% de la "carga mental", según un estudio
Un trabajo publicado en el Journal of Marriage & Family reveló que las madres cargan con siete de cada diez tareas vinculadas a la organización familiar. La investigación, que analizó datos de 3.000 padres en Estados Unidos, mostró además que las mamás dedican mucho más tiempo a planificar comidas, coordinar actividades escolares y gestionar la agenda del hogar que los padres.
Según la politóloga Ana Catalano Weeks, de la Universidad de Bath, este tipo de trabajo “a menudo no se ve, pero importa”. No se trata solo de cansancio: puede derivar en agotamiento crónico, tensiones en la pareja e incluso limitar las oportunidades de desarrollo profesional. Muchas mujeres llegan a replantearse su jornada laboral porque sienten que no pueden con todo.
Las cifras también muestran una división de roles persistente: mientras los hombres se concentran más en cuestiones financieras o reparaciones, ellas son las que están detrás de la organización de la vida diaria. A esto se suma otro dato clave: los padres suelen sobreestimar cuánto aportan en casa, lo que refuerza la sensación de desigualdad.
Cómo aliviar el estrés de las madres
Aunque el panorama parezca desalentador, especialistas señalan algunas estrategias que pueden marcar la diferencia. El primer paso es hablar del tema en la familia: repartir tareas de manera más justa y realista ayuda a descomprimir la tensión. A veces no se trata de grandes gestos, sino de asumir pequeñas responsabilidades sin esperar que alguien lo pida.
Algunas recomendaciones prácticas que repiten médicos y psicólogos son:
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Hidratarse a lo largo del día, ya que la deshidratación leve puede provocar fatiga y dolor de cabeza.
Elegir snacks nutritivos como frutas, quesos o frutos secos en lugar de golosinas procesadas.
Incorporar al menos 30 minutos de actividad física, aunque sea salir a caminar.
Reservar tiempo personal, desde leer un rato en silencio hasta tomar un café sin interrupciones.
Apoyarse en redes de confianza, pidiendo ayuda cuando sea necesario.
Reír y jugar con los hijos, para transformar la rutina en un espacio de disfrute compartido.
Aceptar que la lista de pendientes nunca se completa y que no todo tiene que ser perfecto.
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