Ubicado en el barrio de Saavedra, Idilio se posiciona como un refugio gastronómico donde el diseño, los sabores y la música se entrelazan para ofrecer una experiencia íntima y memorable. Este restaurante propone un recorrido para guiar al visitante desde la oscuridad hacia la luz, donde cada uno de sus tres niveles brinda una atmósfera particular, diseñada para estimular los sentidos de forma gradual y envolvente.
Mediodías en la terraza y veladas con violines en este restaurante de autor en Saavedra
Idilio invita a desacelerar el ritmo de la ciudad, a través de la buena cocina, la calma y un entorno pensado para conectar con los sentidos.
-
Espacios gastronómicos para hacer cowork
-
Nori tacos en Buenos Aires: la crujiente pieza nikkei que llegó para quedarse

La dirección de Idilio es Av. García del Río 2957, en el barrio de Saavedra.
Su arquitectura característica está inspirada en La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Su planta baja, que evoca a una cueva, es un lugar que se torna íntimo y acogedor. El primer piso, el Purgatorio, es un ambiente creado para la contemplación y la conversación, donde se percibe una apertura progresiva hacia la claridad. Por último, la terraza, el Paraíso, es el refugio de la calma.
Con una carta que celebra los ingredientes de estación, los almuerzos (disponibles de lunes a domingo de 12 a 16 h) en su terraza se convierten en una pausa luminosa y reconfortante, ideal para compartir o degustar en soledad.
Un menú especial, que incluye platos como el Baby beef (bife de chorizo con papas rotas), los Tagliatelle con albóndigas y salsa pomodoro y mozzarella y la ensalada tibia de pollo integran las opciones ideadas por el chef Sebastián Iraola para disfrutar sabores sofisticados en un entorno único.
Su carta para la noche despliega platos frescos, coloridos y sabrosos, que reflejan una cocina de autor cercana y sin artificios. Entre las entradas, se destacan las croquetas de kale acompañadas con lactonesa de huacatay y chips de plátano, y la burrata con mbejú, mamón, verdes y frutos secos. También hay opciones como la tortilla de papas y hongos con guanciale y tartar de pimiento asado, y las mollejas laqueadas con puré de boniato, tomates confitados, cebolla caramelizada y una delicada salsa agridulce.
Como principales, entre los imperdibles de Idilio se pueden mencionar el risotto de azafrán y cabutia con hongos a la plancha y queso parmesano; el abadejo a la parrilla con vegetales, alcaparras y manteca de salvia, y el rack de ojo de bife Angus con papas rotas y salsa criolla. Para los amantes de la pasta, los fucciles con frutos de mar (langostinos, almejas y mejillones) en emulsión de manteca, aceitunas negras y alcaparras, ofrecen una combinación fresca y poderosa.
Quienes buscan extender la sobremesa, encuentran en los postres clásicos reinterpretados, como el volcán de dulce de leche con helado de banana y granola casera (hecho en el momento, porque las mejores cosas de la vida toman su tiempo), el panqueque de dulce de leche con crema neutra y frutas de estación, y la marquise de chocolate y naranja con crema inglesa y gajos frescos.
La carta líquida también es protagonista, con una cava completa y cócteles de autor, creados por Ariel de la Cruz, entre los que se distinguen el Idilio(Gin Tanqueray Royale, Aperol, cordial de naranja, almíbar y limón) y el Purgatorio(Absolut Pear, lima fresca y almíbar de durazno). Los mocktails como el Thyme Citrus y el Aurora completan una oferta que abarca cada momento del día.
Los viernes por la noche Idilio se transforma en un pequeño oasis urbano. Bajo las luces tenues y una ambientación íntima, un dúo de violines en vivo musicaliza la velada con melodías suaves, generando una atmósfera serena y envolvente.
La propuesta invita a tomarse el tiempo. A mirar, oler, escuchar, probar. Y dejar que todo eso se transforme en una experiencia que acompaña (sin apurar) el ritmo del día o de la noche.
Dejá tu comentario