A lo Chávez, Evo anunció reestatización en Bolivia
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Evo Morales, ayer ante el Congreso. Dijo que la revolución
que pretende aplicar en Bolivia deberá plasmarse en una
nueva Constitución.
La italiana Telecom gerencia desde 1996 la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, mientras que las tres generadoras de energía aún continúan en manos de empresas estadounidenses. La chilena Cruz Blanca compró los ferrocarriles.
Morales, que también se propone nacionalizar este año la minería, anunció la «recuperación» de la fundición de Vinto, en el departamento andino de Oruro (Sur), en manos de la empresa Sinchi Wayra, filial de la compañía suiza Glencore. Según el mandatario socialista, Vinto -que pertenecía a Sánchez de Lozada-fue vendida de modo fraudulento «a precio irrisorio» en 1996.
En su informe Morales enumeró los que considera logros de su gestión y destacó su política de control estatal de los recursos naturales y el «triunfo» que supuso la nacionalización petrolera. Por otra parte, anunció que este año pretende iniciar relaciones diplomáticas o comerciales con Irán, Libia, Sudáfrica e India, porque su gobierno práctica una política de «diálogo cultural».
Ante el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, que asistió al acto, Morales defendió su decisión de exigir visado a ciudadanos de ese país como una medida recíproca con el trato que da a los bolivianos, aunque afirmó que no se trata de un acto «de venganza».
El extenso informe, cortado con frecuencia por aplausos de sus partidarios, fue tan largo que incluso Morales sorprendió durmiendo al jefe de los diputados oficialistas, Gustavo Torrico, y al diputado cocalero David Herrada.
Morales cumplió su primer año con un respaldo popular de 59%, tres puntos menos que en diciembre pasado, según una encuesta publicada ayer. Esto contrasta con 77% que registraba hace un año, lo que se explica por la pérdida de apoyo entre la clase media. El primer presidente indígena de Bolivia llegó al poder con 53,7% de respaldo en las urnas.
También se refirió a la empantanada Asamblea Constituyente, que -dijo-debe refrendar los cambios económicos y políticos en curso. La Asamblea, instalada en agosto de 2006 pero todavía sin resultados a causa de disputas políticas, debido a la insistencia del gobierno de imponer su proyecto por mayoría simple de los votos, contra lo que indica la ley, que exige dos tercios.
El líder indígena, quien llegó a la presidencia el 22 de enero de 2006, pareció admitir que la visión indigenista dominante en su gobierno no fue suficiente para construir un nuevo Estado. «Somos diversos y cuando hay diversidad hay diferencias y éstas deben ser debatidas por los constituyentes», dijo.
Al cierre de esta edición, el mandatario socialista comenzaba a presentar su informe también a las organizaciones sociales, en el marco de una fiesta popular que congregó a sus simpatizantes en la Plaza de los Héroes, a seis cuadras del edificio del Congreso.
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