Bolivia: recrudece la crisis y Mesa ahora quiere adelantar elección
El presidente Carlos Mesa volvió a sorprender anoche al sistema político de Bolivia al proponer un adelantamiento de las elecciones generales, inicialmente previstas para 2007, para el próximo 28 de agosto. En un discurso de tono dramático, alertó sobre la posibilidad de que se desate «un baño de sangre» y dijo que el país marcha hacia un «suicidio colectivo». Lo hizo después de que su ley de hidrocarburos quedara trabada en el Congreso y en momentos en que seis de las nueve provincias del país se encuentran bloqueadas por los piqueteros y la izquierda extrema, lo que amenaza al país con el desabastecimiento. La jugada es riesgosa, ya que no está todavía claro que el Congreso vaya a apoyar una convocatoria que haría caducar los mandatos de sus 157 miembros. Pero Mesa apuesta otra vez a todo o nada: encumbrado en una popularidad que él mismo cifra en 68%, busca legitimarse en las urnas, reformar la Constitución y alterar en su favor el actual balance del Poder Legislativo.
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Mesa propuso la renovación del presidente, el vicepresidente y los 157 miembros del Congreso bicameral -cuyos nuevos miembros tendrán poderes para reformar la Constituciónen momentos en que su popularidad llega a 68% en las principales ciudades del país, según mencionó él mismo. De acuerdo con analistas, el adelantamiento de las elecciones implicaría establecer una nueva correlación de fuerzas en el Congreso que garantice mayor gobernabilidad al futuro gobierno. Con todo, no estaba claro anoche si el Legislativo hará lugar al plan electoral del mandatario.
• Ratificado
El jefe de Estado, que asumió en octubre de 2003 después de que una rebelión popular provocó la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada, había sido ratificado hace apenas una semana por el Congreso tras haber presentado su dimisión, para la que alegó las mismas causas esgrimidas anoche.
El pacto políticoparlamentario sellado entonces no le dio la mayoría esperada para hacer aprobar su propuesta de ley de hidrocarburos, la que, anunció, será retirada.
Mesa proponía seguir cobrando 18% en concepto de regalías a las empresas petroleras extranjeras que operan en el país y que a eso se sumen impuestospor hasta 32%, según el nivel de producciónde cada compañía. Su principal rival político,el líder cocalero y jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, aspira a que el primer tributo se eleve directamente a 50%. A pocas horas de la trascendental sesión legislativa, que terminó revelando que Mesa no cuenta con mayoría suficiente para imponer su proyecto, los seguidores de Morales intensificaron sus protestas en el departamento central de Cochabamba.
En ese departamento, donde se registraron ayer las primeras marchas, se mantiene bloqueada la carretera troncal a la altura de la región de Chapare, bastión del líder cocalero, desde hace una semana.
Esta acción, que ya dura quince días si se tiene en cuenta un bloqueo anterior en la misma vía en la zona oriental de Santa Cruz, comienza a generar desesperación entre los conductores de los centenares de camiones de carga parados en el lugar.
El presidente de la Cámara Boliviana de Transportes, Enrique Martínez, mostró su preocupación por la situación de los choferes y de los vehículos, ante el temor de que sufran ataques y saqueos de los bloqueadores.
El viceministro de Gobierno (Interior), Adrián Oliva, señaló que también han sido cerradas, en el sur del país, las salidas desde la ciudad de Potosí en dirección a la Argentina y a Sucre, mientras la carretera que une Cochabamba con Oruro y La Paz, en la ruta transversal, sufre interrupciones esporádicas.
Todo esto, que mantiene paralizados a seis de los nueve departamentos (provincias) del país, ha generado fuertes temores a un desabastecimiento generalizado.
Sin embargo, una huelga general de la Central Obrera Boliviana fracasó desde sus inicios, al contar sólo con un respaldo minoritario de algunos trabajadores del magisterio y del sector salud.
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