14 de julio 2006 - 00:00

Bush advierte a Siria e Irán ya lo defiende

Washington, Bruselas y Teherán (AFP, EFE, Reuters, ANSA) - En medio de la escalada bélica en Medio Oriente, Estados Unidos ratificó ayer su respaldo a Israel y se sumó a su sospecha sobre el rol de Siria como probable fogonero de la crisis, suscitando la reacción de Irán, que se anticipó a un derrame del conflicto y advirtió contra cualquier ataque contra el país árabe.

El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo en Alemania que «Israel tiene el derecho de defenderse» tras reunirse con la canciller Angela Merkel, pero «lo que haga no debe debilitar» al gobierno del primer ministro libanés, Fouad Siniora.

«Mi principal preocupación es si las acciones que se han tomado debilitan al gobierno de Siniora -dijo Bush-. La democracia en Líbano es una parte importante de la instalación de las bases de paz en esa región. Hemos trabajado muy duro para obtener el retiro de Siria de Líbano.»

Bush también se refirió a Siria, que es señalada junto a Irán por Estados Unidos como país sospechoso de orquestar el secuestro de los soldados israelíes.

«Siria debe rendir cuentas», destacó Bush al señalar que Hizbollah tiene «una presencia activa» en ese país. «El presidente (sirio, Bashar) al-Assad debe mostrar un liderazgo por la paz», advirtió.

La postura es similar a la mostrada por el gobierno de Ehud Olmert. Gideon Meir, portavoz de la cancillería israelí, dijo ayer durante una conferencia de prensa que «Hizbollah no podría operar en Líbano sin el apoyo claro de Siria», a la vez que calificó a ese movimiento de «brazo del régimen 'yihadista' de Teherán».

Mientras, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, alertó a Israel contra cualquier agresión a Siria durante una entrevista telefónica con su homólogo de Damasco, Bashar al-Assad, informó la televisión del Estado.

«Si Israel comete otra idiotez o agrede a Siria, esto será sinónimo de una agresión contrael conjunto del mundo musulmán y recibirá una respuesta tajante», amenazó el ultraislamista.

La Unión Europea buscó, por su parte, mantenerse equidistante. El Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, en conferencia de prensa en Londres junto a la canciller británica, Margaret Beckett, dijo estar «muy preocupado» por lo que ocurre en la región, lo que «representa una seria amenaza tanto para Israel como el Líbano».

Solana y Beckett instaron a las partes involucradas en el conflicto para que usen la moderación «a fin de evitar que la situación se precipite».

«La reacción desproporcionada de Israel podría llevar a un agravamiento de la crisis», opinó Josep Borrell, presidente del Parlamento Europeo, quien instó a las partes a «poner fin a la escalda de violencia» porque la situación «explosiva del Líbano y en los territorios es dramática y corre el riesgo de convertirse en una guerra abierta».

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