El Senado busca imponer a Bush el retiro de Irak
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George W. Bush se mostró ayer rodeado de líderes legislativos republicanos para
rechazar el intento de la mayoría demócrata del Congreso de imponerle un calendario
de retirada de Irak.
El senador demócrata Robert Byrd, principal arquitecto de la versión del Senado, afirmó que el mensaje a Bush es claro: el país exige un nuevo rumbo para la guerra en Irak, y establecer metas e incentivos para el gobierno iraquí «no es rajarse».
«Ese nuevo rumbo provee alicientes para que el pueblo iraquí resuelva sus diferencias, ponga fin a la guerra civil y busque la reconciliación», afirmó Byrd momentos antes de la votación.
Pero la senadora republicana Kay Bailey Hutchison (Texas), votó en contra de la medida porque impone «un plazo arbitrario» para la retirada de las tropas, que tendría que comenzar cuatro meses después de la promulgación de la ley.
Bush «ha escuchado lo que pidió el pueblo en las elecciones del año pasado y ha cambiado su política. La nueva estrategia (de seguridad) demuestra a todas luces que está comenzando a tener una oportunidad para el éxito», dijo Hutchinson (ver nota aparte).
Tres meses después de que Bush anunciara su nueva estrategia político-militar, los demócratas responden con una medida que coloca a los poderes Legislativo y Ejecutivo ante una disyuntiva con soluciones muy arriesgadas para ambos. Por un lado, los demócratas tomarán el riesgo de ser los arquitectos de una retirada prematura y, por otro, Bush apuesta a que podrá mantener unidos a los republicanos en esta lucha de poderes.
Aparte de la incesante ola de violencia, ambos partidos afrontan además otra realidad política: el próximo año habrá elecciones presidenciales y los demócratas retomaron el control del Congreso, en parte porque prometieron a su base «un nuevo rumbo para EE.UU.».
Mientras tanto, Bush sigue defendiendo las virtudes de su política en Irak, al asegurar que las tropas estadounidenses están desplegadas las 24 horas en los barrios del país «y el pueblo iraquí está empezando a confiar» en la estabilidad del país. Pero ese optimismo contrasta con la opinión popular en Estados Unidos.
Una encuesta reciente de la empresa Gallup señaló que sólo 29% de los estadounidenses cree que la escalada del conflicto está surtiendo efecto. El 60% de los encuestados favorece el establecimiento de un calendario para que las tropas se retiren el próximo año, mientras que sólo 43% cree que el despliegue adicional de tropas en Irak está marcando una diferencia, según Gallup.



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