14 de julio 2006 - 00:00

Guerra en Medio Oriente: Israel bombardea Beirut

El recrudecimiento de los ataques israelíes en el Líbano ya no es sólo una respuesta al secuestro de dos soldados por parte de Hizbollah. En medio de un estado de guerra, Israel anoche bombardeaba Beirut y se multiplicaban los misiles islamistas en territorio judío. El fuego cruzado ya costó más de 55 vidas en el Líbano, entre ellas, las de 15 niños. Los de Hizbollah son los mayores ataques con misiles de la última década. Todas las Bolsas del mundo cayeron ante el temor por el conflicto.

El fuego israelí se sintió ayer con mayor intensidad en variospuntos del Líbano (izquierda). Los niños, como siempre, son lasmayores víctimas del conflicto armado (derecha).
El fuego israelí se sintió ayer con mayor intensidad en varios puntos del Líbano (izquierda). Los niños, como siempre, son las mayores víctimas del conflicto armado (derecha).
Beirut y Jerusalén (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - La tensión en Medio Oriente seguía ayer en aumento luego de que el ejército israelí impusiera un cerco aéreo, naval y terrestre al Líbano y bombardeara decenas de blancos para presionar al movimiento islamista Hizbollah, que, a su vez, lanzó más de 100 misiles sobre áreas civiles del norte de Israel. Durante la violenta jornada, 53 libaneses y dos israelíes perdieron la vida, y cientos de personas resultaron heridas.

«Israel impone un bloqueo total sobre Líbano por tierra, mar y aire dentro de las operacionespara recuperar a los dos soldados» secuestrados el miércoles por el grupo terrorista chiita Hizbollah, declaró un responsable del Estado Mayor israelí.

Se trata de la primera gran ofensiva terrestre y aérea del Estado hebreo desde que se retiró del sur del Líbano en 2000. Hasta el cierre de esta edición, se habían contabilizado 55 víctimas fatales, la mayoría civiles, entre ellas, 15 niños. Entre los fallecidos en Líbano figuran cuatro brasileños, dos de ellos niños, mientras que una mujer argentina y un hombre perecieron en Nahariya, norte de Israel (ver vinculada).

  • Acusaciones

  • Fue un día cargado de acusaciones y amenazas mutuas, y en el que se vivió un verdadero clima de guerra tanto en el Líbano como en el norte de Israel.

    Por la mañana, aviones israelíes bombardearon varias pistas del aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut, que fue cerrado, ya que, según Israel, Hizbollah («Partido de Dios», que cuenta con una rama política y una armada) lo utiliza para el transporte de armas.

    En otra operación, barcos de la marina israelí penetraron en las aguas territoriales libanesas y cerraron el acceso a los puertos. Como respuesta, Hizbollah lanzó decenas de cohetes Katiusha contra ciudades del norte de Israel, donde los habitantes se encuentran desde el miércoles confinados en los refugios.

    Al caer la noche, dos cohetes Katiusha cayeron en Haifa, la tercera ciudad del Estado hebreoy el mayor polo industrial del país. Aunque Hizbollah, que había amenazado con bombardear esta localidad, negó cualquier responsabilidad en el incidente. Este fue el peor bombardeo lanzado por Hizbollah contra el norte de Israel en la última década.

    Con su ofensiva contra Líbano, el gobierno israelí pretende aumentar la presión sobre el ejecutivo libanés, al que considera responsable indirecto del secuestro de sus soldados, hasta que «se haga cargo de la región sur de Líbano, controlada hasta ahora por Hizbollah».

    «Queremos destrozar a Hizbollah, que ha violado todas las reglas y quiere llevar a Medio Oriente al abismo», declaró el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz. Con respecto a un posible « intercambio de prisioneros», tal como lo proponen Hizbollah y el grupo terrorista Hamas (que mantiene a otro soldado como rehén en Gaza), el funcionario señaló que «la liberación de presos» no forma parte del orden del día».

  • Precio

    «Deseamos que el gobierno libanés entienda, en plena temporada turística, el precio que tendrá que pagar por negarse a desarmar a Hizbollah», según portavoces militares.

    Según analistas, la intención del gobierno de Ehud Olmert al atacar el Líbano es forzar al gobierno de ese país a asumir el control territorial de la zona fronteriza, hasta ahora dejada en manos de las milicias de Hizbollah. Eso implicaría que éstas -sostenidas por el régimen de Siria y afines ideológicamente a la teocracia de Irán- no vuelvan a apoderarse de la zona, desde donde suelen lanzar operativos de hostigamiento contra posiciones militares y áreas civiles y residenciales del norte de Israel.

    Así, los bombardeos israelíes se centraron fundamentalmente en objetivos del sur del Líbano, donde la agrupación chiita almacena «grandes cantidades de armas y municiones», explicaron voceros militares. Además, se bombardeó con misiles la sede de la cadena de televisión Al-Manar, controlada por Hizbollah, numerosos puentes y otras infraestructuras. Anoche, Israel bombardeó objetivos de Hizbollah en la periferia de la ciudad de Hermel, en la frontera con Líbano y Siria.

  • Exodo

    «La comunidad internacional debe comprender que Israel responda de manera firme contra objetivos enemigos como Hizbollah», declaró el primer ministro Olmert.

    Los ataques israelíes provocaron el éxodo de miles personas aterradas desde el Líbano a Siria. Alrededor de 15 mil automóviles, colectivos y camiones cruzaron la frontera entre ambos países transportando a miles de turistas árabes, así como a trabajadores sirios y libaneses que buscaban escapar de los enfrentamientos.

    Mientras tanto, Israel seguía su ofensiva también en Gaza, donde intenta forzar la liberación del soldado Gilad Shalit. Al menos un palestino murió anoche en la explosión de un automóvil, que se encontraba a poca distancia de los tanques israelíes, cerca de la localidad de Karara, en el sur de la Franja de Gaza, informaron fuentes médicas.

    Desde hace una semana, más de 70 palestinos murieron en esta ofensiva, destinada, además de a la liberación del soldado, a poner fin a los disparos de cohetes Al-Qassam hacia el sur de Israel.

    Ante los acontecimientos, el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas (Abu Mazen), advirtió que la lucha de Israel en el Líbano y en los territorios palestinos puede «derivar en una guerra regional que puede desestabilizar los intereses regionales e internacionales y suspender las esperanzas de un acuerdo» en Medio Oriente.
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