Hoy paralizan economía boliviana por 48 horas
Los líderes sindicales y piqueteros reforzarán hoy y mañana su embestida contra el gobierno de Carlos Mesa con un paro general que deteriorará más la ya delicada situación de Bolivia. A eso se suma la continuidad de los bloqueos de rutas, que comienzan a agitar el fantasma del desabastecimiento de alimentos. La pulseada que supondrá la huelga será vital para el desenlace de esta crisis. El gobierno confía en el escaso poder de movilización de los sindicatos locales, inmersos en una severa crisis de credibilidad, y en el hartazgo que la acción directa genera en la clase media. Mesa, que sigue jugando a todo o nada, desistió ayer de concurrir a una promocionada «cumbre social», convencido ya de que no hay nada que negociar con la oposición.
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Pese al llamado del defensor del pueblo, Waldo Albarracín, la ausencia del presidente Carlos Mesa, la Iglesia y los empresarios debilitó la convocatoria ayer a la tarde.
Mesa advirtió que en dos semanas el gobierno podría quedarse sin fondos para pagar los salarios públicos a medida que los comercios se van paralizando en todo el país debido a los cortes de rutas.
Los manifestantes desparraman piedras y cruzan troncos en los caminos, preocupados porque los planes de Mesa de abrir el sector energético del país a la inversión extranjera saqueen la riqueza natural del país sin ningún beneficio para ellos.
«Esta crisis excede el tema energético. Es todos en contra del gobierno. No está claro cuánto más puede resistir Mesa con el país así paralizado», dijo el analista político Jorge Lazarte.
Los bloqueos, que han cortado al país por la mitad, impiden que muchos bienes producidos en el corazón agrícola de Bolivia, en el Este, lleguen tanto a las tierras altas de la capital como hacia los puertos exportadores del Pacífico.
• Costo
«Esta situación les está costando millones de dólares por día a los exportadores, y la mayoría de los embarques de bienes como huevos, pollos, o soja no llega al resto del país», dijo Carlos Dabdoub, un representante del creciente movimiento autonomista de la provincia oriental de Santa Cruz.
Los planes para que se reúnan los líderes de la oposición con Mesa se cayeron cuando el presidente decidió no asistir. Es por ello que los sindicatos evaluaron una huelga de 48 horas a partir de hoy.
«Estos bloqueos están paralizando al país», dijo Mesa en un discurso a la nación el domingo por la noche. «Los bolivianos necesitan unanimidad en su rechazo a los esfuerzos por dividirnos», agregó.
Muchos líderes de la oposición describieron el conflicto como una batalla de la mayoría indígena contra lo que ven como una centenaria opresión de las elites de descendientes europeos.
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