15 de marzo 2005 - 00:00

Hoy paralizan economía boliviana por 48 horas

Los líderes sindicales y piqueteros reforzarán hoy y mañana su embestida contra el gobierno de Carlos Mesa con un paro general que deteriorará más la ya delicada situación de Bolivia. A eso se suma la continuidad de los bloqueos de rutas, que comienzan a agitar el fantasma del desabastecimiento de alimentos. La pulseada que supondrá la huelga será vital para el desenlace de esta crisis. El gobierno confía en el escaso poder de movilización de los sindicatos locales, inmersos en una severa crisis de credibilidad, y en el hartazgo que la acción directa genera en la clase media. Mesa, que sigue jugando a todo o nada, desistió ayer de concurrir a una promocionada «cumbre social», convencido ya de que no hay nada que negociar con la oposición.

Evo Morales, junto a dos campesinas cerca de su bastión de Cochabamba. El líder cocalero se ha sumado a la oposición violenta al gobierno de Carlos Mesa (izquierda). Vista aérea de la ruta que une Cochabamba con Santa Cruz de la Sierra, vital para Bolivia y totalmente bloqueada por camiones. Crece en ese país el fantasma del desabastecimiento de alimentos (derecha).
Evo Morales, junto a dos campesinas cerca de su bastión de Cochabamba. El líder cocalero se ha sumado a la oposición violenta al gobierno de Carlos Mesa (izquierda). Vista aérea de la ruta que une Cochabamba con Santa Cruz de la Sierra, vital para Bolivia y totalmente bloqueada por camiones. Crece en ese país el fantasma del desabastecimiento de alimentos (derecha).
La Paz (Reuters, EFE, AFP, ANSA) - En medio de una creciente tensión y del temor a un desabastecimiento de alimentos, la oposición boliviana iniciará hoy un paro general por 48 horas para exigir al gobierno la aprobación de una ley de hidrocarburos que eleve de 18% a 50% las regalías que deben pagar las empresas extranjeras.

La Central Obrera Boliviana (COB), que espera superar así su reciente crisis de convocatoria, reiteró su llamado a la huelga para hoy y mañana. Un sindicato agrario de La Paz, cercano al extremista jerarca aymara Felipe Quispe, anunció que acatará la medida y volverá a ocupar la estratégica carretera del Altiplano que conduce al norte de Chile y al sur de Perú.

• Sin solución

Hileras de camiones con sus cargas podridas serpenteaban ayer a través de la selva boliviana, mientras crecía el temor a que falten alimentos en las mayores ciudades del país por los bloqueos de carreteras que realizan opositores al gobierno.

Asimismo, la cumbre social convocada para ayer fracasó en acercar una solución a las protestas que desde hace dos semanas mantienen bloqueado el centro del país, debido a la negativa de asistir de los principales sectores invitados.

Pese al llamado del defensor del pueblo, Waldo Albarracín, la ausencia del presidente Carlos Mesa, la Iglesia y los empresarios debilitó la convocatoria ayer a la tarde.

Mesa advirtió que
en dos semanas el gobierno podría quedarse sin fondos para pagar los salarios públicos a medida que los comercios se van paralizando en todo el país debido a los cortes de rutas.

Los manifestantes desparraman piedras y cruzan troncos en los caminos, preocupados porque los planes de Mesa de abrir el sector energético del país a la inversión extranjera saqueen la riqueza natural del país sin ningún beneficio para ellos.

«Esta
crisis excede el tema energético. Es todos en contra del gobierno. No está claro cuánto más puede resistir Mesa con el país así paralizado», dijo el analista político Jorge Lazarte.

Los bloqueos, que han cortado al país por la mitad, impiden que muchos bienes producidos en el corazón agrícola de Bolivia, en el Este, lleguen tanto a las tierras altas de la capital como hacia los puertos exportadores del Pacífico.

• Costo

«Esta situación les está costando millones de dólares por día a los exportadores, y la mayoría de los embarques de bienes como huevos, pollos, o soja no llega al resto del país», dijo Carlos Dabdoub, un representante del creciente movimiento autonomista de la provincia oriental de Santa Cruz.

Los planes para que se reúnan los líderes de la oposición con Mesa se cayeron cuando el presidente decidió no asistir. Es por ello que los sindicatos evaluaron una huelga de 48 horas a partir de hoy.

«Estos
bloqueos están paralizando al país», dijo Mesa en un discurso a la nación el domingo por la noche. «Los bolivianos necesitan unanimidad en su rechazo a los esfuerzos por dividirnos», agregó.

Muchos líderes de la oposición describieron el conflicto como una batalla de la mayoría indígena contra lo que ven como una centenaria opresión de las elites de descendientes europeos.

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