La combativa vice de McCain se defendió y cruzó a Obama
• Recta final: la campaña norteamericana entra en los últimos 60 días
• EE.UU. encara desde hoy los últimos dos meses de campaña electoral con vistas a las elecciones del 4 de noviembre. • Uno de los ejes del debate en las próximas semanas será la delicada situación económica del país, lo que debería favorecer al demócrata Barack Obama. • Sin embargo, la reciente crisis en el Cáucaso volvió a dar preeminencia a los temas de seguridad, en los que el republicano John McCain se mueve con mayor soltura. • Quien surja como vencedor en las urnas enfrentará una situación internacional volátil, que plantea desafíos inéditos desde el fin de la Guerra Fría. • El intento de Rusia de volver a emerger como gran potencia causa un intenso debate entre los intelectuales norteamericanos, que se dividen entre quienes entrevén un futuro turbulento y quienes aseguran que la interdependencia económica terminará por moderar el conflicto. • Mientras, las partes no ceden. • Tras la reciente guerra rusogeorgiana por el enclave de Osetia del Sur, la Casa Blanca envió ayer a la región al vicepresidente Dick Cheney. • Llevó un mensaje claro: EE.UU. velará por los gobiernos aliados que, como el georgiano, insistan en acercarse a Occidente. • Pero el Kremlin reflotó la retórica amenazante, que señala su decisión de dar pelea por la influencia en una zona clave por sus riquezas petroleras y gasíferas. • A esto se suma el creciente desafío de los talibanes y Al-Qaeda a la coalición en Afganistán y la preocupante extensión de sus tentáculos sobre Pakistán, el único país musulmán poseedor de un arsenal atómico. • El primer ministro paquistaní sufrió ayer un atentado y salvó milagrosamente su vida, pero el caso volvió a exponer la que acaso sea la mayor pesadilla que podría enfrentar Occidente: que el país -y sus bombas nucleares- caigan en manos de fundamentalistas islámicos. • En tanto, siguen latentes los dilemas que plantean Medio Oriente, Irak, el plan nuclear iraní y, en Latinoamérica, y Hugo Chávez.
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El embarazo de su hija implicó un traspié para ella, sobre todo ante el electorado conservador, ya que se ha distinguido durante su carrera política por el énfasis que puso en la defensa de los valores cristianos.
Palin es contraria a la educación sexual en las escuelas y se declara partidaria de la abstinencia sexual antes del matrimonio. Se opone al matrimonio entre homosexuales y considera que las parejas gays no deberían gozar de ventajas que tienen las heterosexuales. También es una militante en favor de la libre posesión de armas de fuego.
Sobre McCain, que en las últimas horas salió repetidamente en su defensa, la candidata afirmó que «en la política hay ciertos candidatos que usan el cambio para promover sus carreras. Y hay otros, como John McCain, que usan sus carreras para promover el cambio». Fue un paralelismo que buscó dejar otra vez mal parado a Obama y que fue muy festejado por la audiencia.
De la candidata también se dijo en los últimos días que en los 90 militó en un partido independentista en Alaska, que su marido fue detenido hace 30 años por manejar ebrio y que hizo abuso de poder al despedir a un inspector que se había negado a echar a un policía que acababa de separarse de su hermana. La campaña de McCain acusó ayer a la prensa de «lanzar basura» sobre su compañera de fórmula.
McCain llegó ayer al mediodía a Saint Paul, en donde hoy será proclamado formalmente candidato para las elecciones del 4 de noviembre. Al bajar del avión, fue recibido por su esposa Cindy y la familia Palin.
El senador por Arizona (sur), de 72 años, se esforzó por mostrarse particularmente efusivo con Bristol, la hija embarazada de su compañera de fórmula.
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