Washington (DPA) - La agencia espacial norteamericana NASA celebrará el miércoles su medio siglo de existencia en medio de una de sus peores crisis. Su administrador, Michael Griffin, reconoció que los años de los grandes logros, como el primer alunizaje capitaneado en 1968 por Neil Armstrong, que se dieron hace casi cuatro décadas, no han vuelto. Griffin expresó su temor de que la supremacía de los EE.UU. en el espacio pueda llegar a su fin. Y la competencia, ahora, viene de China.
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Tras la euforia de los 60, la Guerra de Vietnam, los « límites del crecimiento», la falta de recursos financieros y las crecientes dudas sobre la utilidad de la navegación espacial tripulada paralizaron el proyecto espacial. A ello se sumaron accidentes como la explosión del transbordador Challenger, en enero de 1986, y la catástrofe del Columbia.
Los transbordadores resultaron ser un fracaso económico, y este problema tampoco se resolvió con la construcción, muy elogiada por muchos expertos, de la Estación Espacial Internacional (ISS). Recientemente, la NASA anunció oficialmente que los vuelos de los transbordadores serán suspendidos en mayo de 2010.
El objetivo de la NASA es enviar nuevamente un astronauta a la Luna, a más tardar en 2020. Sin embargo, debido a los problemas presupuestarios (en los últimos 15 años el presupuesto de la NASA fue recortado 20%), los trabajos de construcción de la nave espacial Orion avanzan con una lentitud exasperante. «La llegada de un chino a la Luna antes que nosotros dejaría la clara impresión de que en el espacio Estados Unidos va a la zaga no sólo de Rusia, sino también de China», dijo Griffin en un documento interno que se reveló públicamente. Con ánimo de resucitar el entusiasmo por el espacio, el presidente George
W. Bush había establecido nuevas metas: «Regresar a la Luna, viajar a Marte y más allá». Inclusive estaba programada la construcción de una base lunar permanente, pero en la agencia espacial creen que la carrera será perdida en manos asiáticas.
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