A Warren Buffett le dicen el Oráculo de Omaha - donde vive hace más de 58 años, siempre en la misma casa-, pero más que un oráculo, para sus seguidores y fanáticos es, a través de sus consejos y principios de inversión, algo más afín a un líder religioso que promete el cielo para los inversores aquí en la tierra.
Por qué Warren Buffett reniega de Apple
Hay veces en que mucho de algo bueno se puede tornar en malo y peligroso. Apple salvó a Buffett en los últimos cinco años. Hoy es la “espada de Damocles” que pende sobre su cabeza.
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Espanto por la nueva economía
Dejemos de lado el horror de Buffet por el mundo cripto, más allá de cierta hipocresía que lo caracteriza.
Buffett canaliza el grueso de sus inversiones a través de su nave insignia, Berkshire Hathaway (BRK), cuyos resultados son seguidos trimestre a trimestre por incontables inversores, para ver qué es lo que hizo y está haciendo el sexto hombre más rico del planeta y su mayor inversor bursátil.
Cuando el miércoles pasado se supo que BRK se había desprendido de 10 millones de acciones de Apple en los últimos tres meses de 2023, embolsándose u$s1.846 millones, más de uno se rascó la cabeza preguntándose qué significaba esto y si no había llegado el momento de deshacerse de la empresa. No olvidemos que a un balance que desilusionó, apenas unos días atrás se hacía notorio el fracaso del último “gadget” de la compañía, su ultra publicitadas antiparras de realidad virtual y se comenzó a hablar de los daños que producían.
Buffett, que desde 2022 dejó el “día a día” en manos de Todd Combs y Ted Weschler, ha sido históricamente -al menos de manera pública; sus vehículos fantasma para esto son Markel y New England Asset Management- una persona renuente a invertir en empresas de la nueva economía. Por ejemplo, nunca invirtió en Microsoft, a pesar de su reconocida amistad con Bill Gates y las “pocas” acciones que tiene de Amazon y que empezó a comprar a principios de 2019, representan un insignificante 0,44% de su cartera (es el 17° papel en orden de importancia). De los otros seis papeles tecnológicos que cualquier inversor tiene o quiere tener hoy en su cartera, apostó solo por uno: Apple (AAPL).
Warren Buffett: su amor por Apple
La historia arranca durante el primer trimestre de 2016, cuando BRK anuncia por primera vez que había adquirido acciones de la empresa fundada por Steve Wozniak, Steve Jobs y Ron Wayne en 1976 (abierta al público a fines de diciembre de 1980), unos u$s39,2 millones de papeles. De ahí hasta el segundo trimestre de 2018 continuó comprando hasta hacerse de un paquete 1.150 millones de acciones. Comenzó entonces un período en el que se desprendió de casi 123 millones de títulos para fines de 2020. En el 2022 comenzó a recomprar, pero con menos intensidad, esta vez 28 millones para marzo de 2023 y como vimos terminó los últimos tres meses del año volviendo a reducir su tenencia.
Punta a punta, gastó unos u$s35.900 millones en una posición valuada a fin del año pasado en más de u$s174.347 millones (al cierre del viernes y de no haberla modificado, u$s166.501 millones), a grandes rasgos, una nada despreciable ganancia neta de 364%.
Warren Buffett: no hagas lo que yo digo
Según lo reportado, el pico en la tenencia de papeles de Apple lo alcanzó a fines de septiembre de 2018 cuando estos representaban el 25,8% de la cartera total. De acuerdo con el último informe, el valor de mercado de estas acciones creció a 50,19% de la cartera total. Es decir, en esos momentos (en verdad a fin de diciembre último) Warren Buffett concentra más de la mitad de todos sus activos en un solo papel, lo que viola cualquier idea convencional sobre el control del riesgo y las ventajas de la diversificación para la inversión bursátil (lo de: “no pongas todos los huevos…”).
Alguna vez, casi despectivamente, Buffett dijo: "La diversificación es protección contra la ignorancia. Tiene poco sentido si sabes lo que estás haciendo" y su socio Charlie Munger dijo: “Mucha gente piensa que si tiene cien acciones está invirtiendo de forma más profesional que si tiene cuatro o cinco. Considero esto como una locura”.
Dejemos de lado que tradicionalmente Berkshire Hathaway mantiene más de 40 papeles de forma directa en su cartera -de estos más de 25 en posiciones mayores a u$s1.000 millones-, que se suman a los cientos o miles que tienen a través de sus vinculadas. La verdad es Apple les constituye un caso aparte.
En una entrevista de febrero de 2020 “el viejo” declaró: “No pienso en Apple como una acción. Lo considero nuestro tercer negocio. Probablemente sea el mejor negocio que conozco en el mundo”. Esto explica que haya incrementado su tenencia hasta convertirse en el tercer mayor accionista de la tecnológica, controlando cerca del 6% de su capital.
De todas maneras, exponer más del 50% del capital de la cartera en una sola empresa parece mucho.
Un salvavidas de plomo
No sabemos por qué Buffett tomó la decisión de “achicar” nuevamente su exposición en AAPL. Su conglomerado tiene tres patas: las empresas privadas controladas, como Geico, Duracell, BNSF Railway, etc., lo que invierte en acciones y su bolsa de efectivo. A grandes rasgos, es posible que la reducción -sea esta circunstancial o un proceso que recién arranca- con el consiguiente incremento de su cartera de efectivo de más de u$s157.200 millones (está hace mucho en un nivel récord) obedezca a un deseo de disminuir su exposición al riesgo de la empresa, el riesgo de la cartera, al riesgo del mercado bursátil o al de la economía norteamericana.
Además de los de la empresa de la manzana, en el último trimestre vendieron papeles de solo otras dos cotizantes, el 32% de lo que tenían en Paramount y el 78% de lo que tenían en HP (entras las dos son menos de 0,5% del valor efectivo de la cartera) lo que sugiere que no estaríamos frente al recrudecimiento del temor un temor político/económico, ni el sistémico (sabemos que están comprando Chevvron y Occidental Petroleum).
La tenencia de BRK en acciones de AAPL es tan grande, que la otrora textil es considerada un “insider” y hasta lo más nimio que haga parece muy relevante, por lo que cualquier compra o venta la deben manejar con extremo cuidado y extenderla en el tiempo -lo que le implica un gran costo de oportunidad- para no agitar al mercado. Por lo pronto tenemos la experiencia de 2018-2020, en la que Berkshire fue inyectando papeles al mercado de a poco y de manera creciente, lo que hace suponer a más de uno que entramos en un proceso similar. La ironía es que, durante aquel entonces, cuando redujo su tenencia en casi 11%, AAPL trepó 134% frente a 60% que lo hizo el Nasdaq.
La realidad es que, a pesar de su fama de gran inversor y de haberse recostado los últimos años en Apple a ver si podía salvar “el pato”, los prejuicios de Buffett en contra de los papeles de la nueva economía le están costando caro. Ok, este tipo de comparaciones es baladí, pero quien, en mayo de 2012, cuando arrancaron a cotizar las siete MAMAANT, hubiese colocado u$s100 en cada una de ellas, hoy tendría u$s23.534, si en cambio hubiese puesto el dinero solo en Berkshire, serian u$s3.545. Esto es el dinero que se perdió de ganar en todos estos años, “el mejor del mundo”: Warren Buffett.
El próximo 24 de febrero, BRK dará a conocer la carta a los inversores de la empresa (lo que aquí llamamos la reseña) junto con el balance de la compañía, y tendremos más precisiones.
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