8 de septiembre 2008 - 00:00

Aninat: ''En vez de apretar y denunciar hay que incentivar''

El dinero financiero no tiene olor ni ideología, aseguró el ex ministro de Hacienda chileno Eduardo Aninat respecto de la necesidad de conseguir créditos externos en la Argentina.
''El dinero financiero no tiene olor ni ideología'', aseguró el ex ministro de Hacienda chileno Eduardo Aninat respecto de la necesidad de conseguir créditos externos en la Argentina.
«El dinero financiero no tiene olor ni ideología.» Con esa claridad explicó-Eduardo Aninat las posibilidades de la Argentina para retomar el diálogo con instituciones financieras internacionales y acceder a crédito externo sin necesidad de depender de Hugo Chávez. El mensaje no viene de un improvisado. Aninat, doctor en Economía de Harvard, fue ministro de Hacienda chileno entre 1994 y 1999, durante el gobierno de Eduardo Frei, además de negociador de la deuda externa en 1990 y 1991.

«Si China, un país avanzado y ambicioso, ha usado los consejos, mecanismos y cuotas del FMI para apoyar su desarrollo sin complejos, ¿por qué la Argentina no puede volver a plantear -bajo condiciones maduras- un nuevo diálogo con esa institución?», se preguntó en diálogo con este diario el actual director del Centro Globalización Aplicada de la Universidad Finis Terrae de Chile.

Periodista: La Argentina decidió pagar la deuda con el Club de París ¿Es positivo este tipo de señales para volver a los mercados financieros internacionales?

Eduardo Aninat: En una estrategia de manejo financiero y económico internacional es clave ser muy transparente y sofisticado, y usar una visión de largo plazo. Los «shortcuts» (atajos) son casi siempre ineficaces y poco durables. Así como la Argentina terminó no saliendo mal parada después de su renegociación de la deuda y logró acumular reservas internacionales y mantener cifras fiscales más decentes, así debió sembrar y diseñar una estrategia completa para ir retornando a los mercados internacionales con inteligencia y prudencia. Lo que a este respecto se había hecho parecía muy insuficiente.

P.: ¿La dependencia financiera que tuvo la Argentina con Venezuela en los últimos años, no es prudente?

E.A.: No resulta una estrategia sabia el depender sólo de la «generosidad coyuntural» del gobierno de Chávez o similares. Se necesita pragmatismo sin duda, y gestar relaciones maduras con una gran diversidad de fuentes actuales y potenciales, bajo patrones de seriedad, continuidad y transparencia financiera.

P.: ¿Relacionarse con instituciones internacionales exige otro tipo de compromisos?

E.A.: La Argentina siempre tiene abierta la alternativa de retornar al diálogo con el Banco Mundial y el FMI. Es más institucional relacionarse con multilaterales de las que se es miembro y socio que improvisar en base a oportunidades pasajeras y volátiles. Si China, un país ciertamente avanzado y ambicioso, ha usado los consejos, mecanismosy cuotas del FMI para apoyar su desarrollo financiero y económico, y lo ha hecho sin atavismos ni complejos ¿por qué no puede la Argentina volver a plantear -bajo condiciones maduras- un nuevo diálogo con esa institución? El dinero financiero no tiene olor ni ideología, y pensemos entonces que una básica norma de diversificación ayuda a prevenir y evitar dependencias complejas.

  • Sorprendente

    P.: De hecho, es un momento difícil para los mercados financieros. ¿Cuál es su visión de la crisis de EE.UU.?

    E.A.: El producto de EE.UU. se revisó a un saludable y sorprendente crecimiento positivo de 3,3% para el segundo trimestre de 2008. Sorprendió a muchos expertos que pensaban que la economía de ese país ya bordeaba una recesión. Sin embargo, aún no se puede sacar cuentas alegres. Esta crisis financiera lleva ya más de un año de desenvolvimiento y es bastante compleja en sus causas y efectos. Hay impactos muy fuertes y simultáneos sobre los bolsillos de los consumidores de EE.UU.: el desplome de los precios de activos inmobiliarios, sucesivas caídas de los índices de acciones en múltiples bolsas mundiales, elevaciones bruscas y fuertes en precios de gasolinas, combustible y los precios de una buena cantidad de alimentos básicos. Todo ello resta poder adquisitivo y prolonga los impactos de un problema que se inicia por lo financiero y continúa por los mercados de inversión y consumo.

    P.: ¿Bastan los esfuerzos del gobierno de EE.UU. para evitar que la situación se agrave?

    E.A.: Hay un set de políticas monetarias y fiscales gatilladas por un activismo fuerte de la Reserva Federal y del Tesoro de EE.UU. Estas políticas están operando y requieren tiempo para tener resultados. En mi opinión sigo pesimista por los próximos 6 meses; más neutro por los sucesivos tres, y comienzo a revertir hacia un optimismo moderado para el último trimestre de 2009. Lentamente, la crisis irá quedando atrás hacia fin de 2009 y comienzos de 2010.

    P.: ¿Habrá mayores impactos en la Argentina?

    E.A.: Es indudable que el crecimiento de la Argentina fue importante en estos últimos cuatro años. Pero las cosas se fueron enfriando y complicando en el curso de este año. No cabe duda de que el adverso escenario externo afectará la trayectoria de crecimiento del país y que debe estarse cauteloso. Sin embargo, es difícil estimar hoy cuánto de la ralentización de la inversión es y será producto de impactos externos y cuánto es de problemas domésticos de manejo políticoeconómico. Recordemos que la Argentina ha crecido, pero que ello es todavía un esfuerzo por recuperar lo mucho perdido en la crisis pre y posdefault de la deuda.

    P.: ¿Cómo se ve desde el exterior la imposición de fuertes retenciones a la exportación de commodities en momentos de altos precios internacionales?

    E.A.: Los extranjeros siempre pensamos que la Argentina es un caso extraño y muy paradojal. Un país con elevadísima dotación de recursos naturales y energéticos ( particularmente en su maravilloso sector agrícola) y una adecuada y decente capacidad de capital educativo (recursos humanos), que por estrategias diferentes y por algunas obsesiones de distinta clase, no parece ser capaz de aprovechar la marca principal del escenario externo en la presente globalización: fuerte demanda por acceder a recursos naturales de toda clase y boom de precios de commodities, más economía mundial del know-how (educación).

  • Cooperación

    P.: Entonces, ¿qué hay que cambiar?

    E.A.: Con todo respeto, hay que virar la estrategia en ciento ochenta grados y diseñar y actuar bajo caminos de cooperación y entendimiento con el sector privado. En vez de restringir, apretar y denunciar, las autoridades pertinentes deberían convocar, estimular, incentivar. Es así como se lograría que como país se capturen más mercados externos, se acreciente la inversión en sectores con inmensas ventajas comparativas y se logre -en plazos largos- captar mucho más rentas desde el boom de los commodities.

    P.: El malestar local por las sospechas de manipulación de estadísticas en el INDEC-¿se comparte en el exterior?- E.A.: Es materia de alta preocupación en medios financieros externos, en círculos académicos y en el ambiente general económico, dados los numerosos estudios de consultoras privadas argentinas que han estado indicando sistemáticamente que hay un sesgo muy marcado y notorio en las cifras de inflación doméstica que entrega el INDEC. Es altamente probable entonces que la inflación que se registra desde cierta institución subvalúe el guarismo inflacionario real. La discusión es si lo hace por un factor de dos, o de hasta tres.

    P.: ¿Cuáles cree son las consecuencias de este problema?

    E.A.: Dificulta enormementeel programa monetario y de estabilización del propio Banco Central, que seguramente estará forzado a actuar bajo proxies propias y con aproximaciones diversas y variables. Ello daña la credibilidad de una institución clave para un país moderno. Además, alterar la información de precios e inflación, altera a su vez y afecta las señales de precios relativos, cambiando las señales reales para la asignación de recursos productivos.

    También afecta sobremanera a los pobres y asalariados con un sueldo fijo o semifijo.

    P.: El problema es cómo se vuelve atrás con ese ejercicio.

    E.A.: La verdad tiene su hora, decía un viejo político latinoamericano (Eduardo Frei). Tememos que ese ejercicio sesgado también la va a tener. Y allí, la crudeza de lo que surja será de un costo mayor que el corto beneficio del falso paliativo usado.

    Entrevista de Florencia Lendoiro
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