La reciente decisión de la República Argentina de formalizar un marco de comercio e inversiones con los Estados Unidos no constituye simplemente una transacción bilateral, sino un verdadero punto de inflexión en la política económica y geopolítica del país. Lo trascendente de esta orientación es su mensaje estratégico: Argentina ingresa en una etapa de apertura comercial sostenida, un alineamiento con estándares internacionales y modernización institucional. Este giro redefine su inserción global y abre nuevas oportunidades para naciones como Turquía (Türkiye), interesadas en fortalecer sus vínculos con una economía clave de América del Sur.
Apertura histórica: cómo el acuerdo comercial entre Argentina y EEUU impulsa nuevos vínculos con Turquía
Argentina redefine su inserción global con un acuerdo histórico con EE.UU. Turquía analiza cómo aprovechar la nueva etapa de apertura.
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Turquía emerge así como un socio estratégico para Argentina, del mismo modo que Argentina es para Türkiye una puerta de entrada natural a América Latina.
Si bien aún no se conocen los detalles del acuerdo, según la “Declaración conjunta para un acuerdo entre los EEUU y la Argentina en materia de comercio e inversión recíprocos” difundida por la Embajada de los Estados Unidos en Argentina, el entendimiento alcanzado entre Washington y Buenos Aires está sustentado en valores democráticos compartidos y en una visión común de libre empresa e iniciativa privada; y busca impulsar el crecimiento a largo plazo, ampliar oportunidades y crear un entorno transparente y basado en normas para el comercio y la innovación.
El acuerdo descansa en un conjunto de reformas internas destinadas a eliminar barreras no arancelarias, mejorar la seguridad jurídica, armonizar regulaciones técnicas, facilitar el comercio digital y ampliar la cooperación en sectores estratégicos. Entre los elementos centrales se incluye el compromiso de ambos países de abrir sus mercados para productos clave.
Argentina otorgará acceso preferencial a exportaciones estadounidenses, como ciertos medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información, dispositivos médicos y vehículos automotores.
En reciprocidad, y en reconocimiento a la ambiciosa agenda de reformas, Estados Unidos eliminará aranceles sobre determinados recursos naturales no disponibles y productos no patentados para aplicaciones farmacéuticas.
Uno de los aspectos más relevantes es la ampliación del acceso de la carne bovina argentina al mercado estadounidense. La declaración conjunta establece la voluntad de ambos países de mejorar las condiciones recíprocas para el comercio de carne vacuna, eliminar barreras no arancelarias y expandir las condiciones de ingreso, un paso significativo para la agroindustria argentina, que refuerza su perfil como proveedor competitivo en mercados exigentes. En ese contexto, Argentina abrió además su mercado al ganado vivo estadounidense y se comprometió a permitir el ingreso de carne aviar de ese país.
En materia de barreras no arancelarias, Argentina se compromete a eliminar formalidades consulares para las exportaciones de EEUU y a avanzar en la eliminación gradual de la tasa de estadística aplicada a sus productos. También impulsa una mayor alineación con estándares internacionales, permitiendo el ingreso de productos estadounidenses que cumplan con las normas vigentes en ese país sin exigir evaluaciones adicionales. En propiedad intelectual, el país busca abordar desafíos estructurales, como los criterios de patentabilidad y la demora en el otorgamiento de patentes, con la intención de acercarse a las mejores prácticas globales.
Este conjunto de compromisos envía una señal clara: Argentina busca posicionarse como un socio confiable, abierto y compatible con los marcos regulatorios internacionales.
Más comercio con Turquía: “ganar-ganar”
Para Turquía (Türkiye), este escenario resulta especialmente relevante. La complementariedad económica entre ambos países es profunda: mientras Türkiye se destaca en manufacturas, maquinaria, textiles, automoción y servicios digitales, Argentina ofrece ventajas competitivas en producción agroalimentaria, recursos naturales, energía, biotecnología y minerales críticos.
Desde la Cámara de Comercio Argentino-Turca, venimos impulsando iniciativas para transformar esta complementariedad en proyectos concretos de inversión, transferencia tecnológica y comercio bilateral. Hemos sostenido en múltiples ocasiones que la cooperación tecnológica, industrial y comercial entre ambos países constituye un escenario “ganar-ganar”, lo que refuerza la necesidad de seguir construyendo puentes. Nuestro rol es clave para acompañar y potenciar este proceso.
Turquía emerge así como un socio estratégico para Argentina, del mismo modo que Argentina es para Türkiye una puerta de entrada natural a América Latina. Esta relación debe entenderse en un marco más amplio que el estrictamente defensivo: se trata de un vínculo económico de enorme potencial.
En este contexto, la apertura comercial argentina, acelerada por el acuerdo con Estados Unidos, no debe interpretarse como una estrategia limitada a un solo aliado, sino como una invitación a forjar nuevos lazos económicos. Ya hemos analizado cómo el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur podría representar un desafío para la competitividad turca, pero también cómo puede convertirse en una oportunidad si Türkiye negocia un entendimiento directo con el bloque. Un acuerdo bilateral o en el marco del Mercosur permitiría potenciar cadenas de valor compartidas.
El reciente compromiso argentino con EEUU reafirma la voluntad del país de avanzar en acuerdos que modernicen su inserción global. La visión aperturista, que se ha profundizado con velocidad y recuerda el llamado a dinamizar el Mercosur - en palabras del presidente Argentino: “lo haremos acompañados o solos”- demuestra que Argentina está preparada para explorar acuerdos innovadores con socios extrarregionales. Por lo tanto, además de la vía del Mercosur, se abre una ventana concreta para avanzar en un acuerdo bilateral directo entre Argentina y Türkiye. Este es un momento estratégico para que Türkiye se acerque a un país que se está abriendo al mundo de manera acelerada y con reglas claras.
En un escenario multipolar y competitivo, la capacidad de construir puentes comerciales entre economías complementarias no es solo deseable: es una necesidad estratégica. Türkiye no debería dejar pasar esta oportunidad.
*Özgür Yücel Demir es presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Turca.




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