19 de enero 2005 - 00:00

Empezó la discusión por la suba de tasas de interés

(El periodista dialoga con un operador de la Bolsa de Nueva York que se identifica con el seudónimo de Gordon Gekko, el personaje de la película «Wall Street». El tema, obviamente, es qué hará la Reserva Federal con las tasas de interés. Veamos.)

Empezó la discusión por la suba de tasas de interés
PERIODISTA: Nuevo año. Vieja preocupación. La suerte de las tasas de interés. ¿Cómo deben interpretarse las señales que provienen de la Reserva Federal? ¿Se está preparando el terreno para apurar el ritmo de la suba de tasas?

Gordon Gekko: Existe un debate, pero no parece haber una posición tomada. No se detecta todavía una postura uniforme.


P.:
Hasta el momento, las decisiones de la Fed se adoptaron en forma unánime. ¿Comienzan a surgir discrepancias?

G.G.: Las minutas de la última reunión de 2004 revelan que algunos miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed empiezan a considerar la conveniencia de que la institución acelere el paso. Sin embargo, la mayoría, en diciembre, prefirió mantener el statu quo de la política monetaria. Por ello el comunicado de la Fed repitió el vaticinio de un ajuste mesurado de tasas en el futuro cercano.


P.:
En un par de semanas tendremos la primera reunión de 2005. ¿Cómo impactará esta diferencia de opiniones en el seno de la Fed?

G.G.: No alterará la decisión final. Tendremos un nuevo retoque de un cuarto de punto que dejará la tasa de fed funds en 2,50%. Eso está fuera de la discusión. Lo que se alega es que tal vez, de ahí en adelante, convenga comenzar a jugar con fichas dobles.


P.:
Practicando ya no ajustes de un cuarto de punto, sino de medio punto...

G.G.: Así es.

P.: O, alternativamente, aumentando la frecuencia con la que se realizan los incrementos de tasas...

G.G.: ¿Con subas entre reuniones? No lo creo. No tengo dudas de que de inclinarse por una vía más rápida, la Fed preferirá subir la dosis individual de cada aplicación y seguir operando exclusivamente en las fechas de las reuniones. La intervención en el período entre reuniones está siempre asociada a la irrupción de factores imprevistos, a la necesidad de retomar el control de la situación. No estamos en esa circunstancia.


P.:
Tal vez no en febrero, pero sí en marzo, la Fed podría ensayar la nueva partitura. ¿Lo ve probable?

G.G.: Poco probable, pero no imposible. Quien favoreció esta iniciativa en diciembre, difícilmente haya cambiado de postura ahora. Si en el comunicado de la Fed -que se emite el próximo 2 de febrerodesaparece el adjetivo «mesurado», entonces sí espere novedades para el 22 de marzo...


P.:
¿Y usted que piensa?

G.G.:William Poole -el titular de la Reserva Federal de St. Louis y el más duro de los halcones- barajó esa posibilidad la semana pasada. No fue concluyente -no especificó una fecha-, pero aquí con mentar la soga alcanza.


P.:
El presidente de la Fed de Filadelfia, por el contrario, considera que el ritmo mesurado podrá mantenerse a lo largo del año.

G.G.: Como ve, no reina una posición única. Hay un debate y, lo que es más interesante, es que se ha hecho público. Lo que no es casual, sino una forma de anticipar los efectos de una ulterior definición. Sabemos -porque así lo acaban de señalar expresamenteque Anthony Santomero (el titular de la Fed de Filadelfia) o Gary Stern (de la Fed de Minneápolis) no tienen tanta prisa como Poole. Y también sabemos que Santomero y Stern votan este año en el comité que decide los ajustes de tasas. Y Poole, no.


P.:
Lo que no sabemos es qué piensa Greenspan.

G.G.: Que, dicho sea de paso, es, en los hechos, quien corta el bacalao. Mi impresión es que la Fed no debería tener apuro por cambiar de libreto. La economía está muy firme, pero el mercado de trabajo se mueve cansinamente. Hay mucha mano de obra disponible para contratar antes de que se generen presiones de costos significativas. Y usted necesita tiempo para evaluar cómo responderá el gasto de capital a la desaparición de los incentivos impositivos que alentaron la inversión hasta fines del año pasado...


P.:
¿La inflación, no es el elemento que apremia?

G.G.: No tanto. No se olvide de que el ajuste de tasas ya está en marcha. Estamos analizando cuál sería la velocidad óptima. Y recuerde que unos meses atrás el pronóstico favorito era que la Fed llegaba a 2% y se tomaba un respiro hasta que la economía digiriese los efectos de la suba de tasas. Ese era un vaticinio formulado cuando el petróleo (y los commodities) empujaba con mucho más vigor que ahora...


P.:
Y qué hay del argumento que apunta a que existe una liquidez excesiva, una creciente toma de riesgos y el peligro de estar incubando nuevas burbujas...

G.G.: Lo acontecido en noviembre y diciembre de 2004 se ajusta bien a esa descripción. Pero, a decir verdad -desde que se difundieron las minutas de la Fed-, los ánimos se han enfriado bastante. En forma abrupta.Y esto nos recuerda que el sentimiento de los inversores a lo largo de 2004 fue más bien sombrío.Y, sobre todo, muy volátil. Demasiado fluctuante como para atar a sus vaivenes el curso de la política monetaria.

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