16 de septiembre 2008 - 00:00

Guidotti: "Habría más bancos en problemas"

Pablo Guidotti
Pablo Guidotti
El ex secretario de Hacienda Pablo Guidotti consideró que a partir de los datos que han trascendido sobre el Presupuesto 2009, daría la impresión que el Gobierno estaría reconociendo «la necesidad de controlar el gasto público. Parece que hay intención de disminuir los subsidios, pero más por una necesidad fiscal que porque generan distorsiones», observó.

En diálogo con este diario, el decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella dijo además que para cubrir las necesidades financieras el año próximo se deberá solucionar de alguna forma el problema de los holdouts y realizó una comparación entre la situación actual y la que a fines de los 90 se registró con el plan Brady. En el frente externo, advirtió que puede haber más bancos afectados por la crisis en EE.UU.

Periodista: ¿Cómo evalúa el anuncio del pago al Club de París?

Pablo Guidotti: En términos generales es positivo. Posiblemente el anuncio no fue tan positivo como podría haberlo sido porque se hizo un hincapié innecesario en seguir independizándose del Fondo Monetario -lo cual es anacrónico-en vez de enfatizar la vuelta a una situación regular en las relaciones internacionales. Lo más positivo es que, hacia futuro, se elimina un tema que estaba pendiente y que no se entendía por qué el gobierno no avanzaba, dado que internamente no tiene costo político. Además, muestra que el gobierno se está preocupando por la situación financiera. A mí me preocupaba el hecho de que el gobierno parecía no haberse enterado que la cuestión financiera comenzaba a ser un problema.

P.: ¿Con la recompra de bonos se da una señal similar?

P.G.: Sí. Puede tener un impacto en los mercados en el corto plazo porque los bonos argentinos no son tan líquidos. Pero para que exista un efecto positivo que sea sustentable en el tiempo, debe estar acompañado por algo que no es simplemente un manejo financiero. Por eso, el mercado entendió inicialmente que había algo que cambió en el gobierno: se enfocó en lo financiero y se tomó cierto contacto con el mercado de capitales. Pero como mucho más no pasó, no me sorprende que los bonos ya hayan vuelto adonde estaban.

P.: La situación internacional tampoco colabora en ese sentido...

P.G.: Es cierto. Ya nos damos cuenta que los países emergentes no están aislados de la crisis financiera internacional.

P.: ¿Puede empeorar el panorama en Estados Unidos?

P.G.: La crisis en Estados Unidos mereció una intervención excepcional de las autoridades que yo considero correcta. Pero el tema no terminó. No me sorprendería ver más instituciones en problemas cuyo salvataje no sea tan fácil como los que ya vimos. Además, cuando el problema es financiero, el impacto sobre la actividad económica tiende a ser mayor. Creo que habrá recesión en EE.UU. y habrá una disminución en la tasa de crecimiento de la economía global, pese a que los mercados emergentes hasta ahora han ido sosteniendo a la economía mundial.

P.: ¿Cómo deberían prepararse ahora los países emergentes?

P.G.: Es necesario tomar precauciones porque el escenario puede ser aún más complicado. Hasta ahora las economías emergentes habían estado aisladas. Además, el precio de los commodities está bajando. El mundo en el próximo año y medio no va a ser tan simple como fue increíblemente favorable desde 2002.

P.: ¿Cómo evalúa los datos que han trascendido del Presupuesto 2009?

P.G.: Daría la impresión de que se está tratando de reconocer la necesidad de controlar el gasto. El problema es que la Argentina acumuló un montón de distorsiones microeconómicas además de una inflación alta. Esto hace que haya un problema que, aún bien manejado, sea difícil de resolver. Da la impresión de que hay intención de disminuir subsidios, pero más por una necesidad fiscal que para disminuir las distorsiones microeconómicas.

P.: La inflación esperada no parece ser tan realista...

P.G.: El número específico no importa mucho. El problema serio es que el gobierno no reconoce que la inflación está por arriba de 25% anual. Esto seguirá afectando la capacidad de consumo de la clase media, generando problemas de competitividad y distorsionando otras estadísticas. La Argentina terminará en una situación en la cual el gobierno que eventualmente suceda al kirchnerismo tendrá que rehacer las estadísticas de la Argentina desde 2007.

P.: ¿Quiénes se vieron afectados por las tasas de los bonos argentinos, que no fueron las reales, podrían tomar alguna medida?

P.G.: Las estadísticas, de por sí pueden sufrir correcciones, es decir, que no generarían un problema legal. Pero se tendrá que leer la letra chica para ver si pueden iniciar algún tipo de demanda. Lo importante es que un país no puede vivir sin estadísticas.

P.: ¿Cómo se están encarando las necesidades financieras de 2009?

P.G.: El gobierno va a necesitar resolver de alguna manera el problema de los holdouts, que por el monto es una situación problemática. No creo que estemos cerca de un default. Lo que ocurre siempre con una reestructuración de deuda, igual que lo que pasó con el plan Brady, es que por un tiempo parece que las cosas son muy manejables pero después la deuda reestructurada vence, y hay que reemplazarla con deuda de mercado. Por eso, en la segunda parte de la década del 90, el programa de financiamiento creció mucho porque terminó el efecto del plan Brady. Hoy la Argentina tiene un ratio de deuda a producto más alto que en 2001. Y la deuda en términos nominales en dólares es más alta también. En algún momento, las necesidades financieras aumentan, y ese momento ya está llegando.

  • Preocupante

    P.: ¿Son tan altas como para preocuparse?

    P.G.: No son muy altas para un país que funciona normalmente. Pero para un país en default, con muchos problemas internos de transparencia en su información económica, es preocupante. Esto se ve en los spreads que paga la Argentina hoy. Cuando la gente se escandalizó con el bono de Venezuela, en realidad lo escandaloso fue que era la realidad. La tasa que se pagó era la que se veía en el mercado secundario para los títulos argentinos. Una tasa similar a la que hubo en el megacanje de 2001. Creo que igual no se condice para nada con los riesgos reales que tiene la economía argentina. Lo que pasa es que la Argentina ha demostrado una capacidad para destruir su management tan grande que el mundo ve eso. Mientras en el resto de América latina mejora la calidad de los gobiernos, la Argentina quiere desafiar las leyes de gravedad. Por eso Brasil que era más riesgoso que la Argentina, hoy es investment grade, igual que Perú o Uruguay.

    P.: ¿Deberá tocarse el tipo de cambio?

    P.G.: Esa será una cuestión de tensión el año que viene. El gobierno durante mucho tiempo optó por tener más inflación al evitar que el tipo de cambio se apreciara como hicieron muchos países latinoamericanos. Hoy como hay inflación alta, hay muchos que se preocupan por la competitividad y sostienen que el dólar tiene que devaluarse. La experiencia internacional sobre sistemas monetarios que tratan de hacer un targeting del tipo de cambio real y devaluarlo para competir con la inflación, muestra que dichos regímenes terminan con inflación alta. Por suerte, acá el Banco Central no se hizo eco de esto. Ojalá que su postura prevalezca y el año que viene se decida combatir la inflación en vez de devaluar la moneda.

    Entrevista de Florencia Lendoiro
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