6 de septiembre 2025 - 14:59

Líderes al borde del colapso: la crisis silenciosa y cómo salir del loop tóxico

El loop silencioso del siglo XXI es la "gente rota liderando gente rota". Profesionales talentosos, formados y comprometidos que, sin embargo, cargan con heridas invisibles y terminan liderando desde ellas.

Un líder CrossOver no niega su dolor ni lo descarga en su equipo: lo trabaja. 

Un líder CrossOver no niega su dolor ni lo descarga en su equipo: lo trabaja. 

“Me pidieron que sostenga a todos en un proceso de cambio, pero yo llego a casa y no puedo ni sostenerme a mí mismo”, me confesó un gerente en plena sesión. Con voz quebrada, reconocía que hacía semanas dormía apenas tres horas, tomaba medicación para relajar, que la gastritis no le daba tregua y que, a pesar de leer manuales de liderazgo y resiliencia, se sentía vacío. Tenía a cargo más de cien personas, pero estaba convencido de que su equipo ya percibía que era él quien se estaba derrumbando.

Ese retrato no es aislado. Es el loop silencioso del siglo XXI: gente rota liderando gente rota. Profesionales talentosos, formados y comprometidos que, sin embargo, cargan con heridas invisibles y terminan liderando desde ellas.

El burnout, el sube y baja hacia la depresión investida de hiperactividad, la incertidumbre extrema, ya no son una excepción. Es el idioma corporativo no oficial. La ansiedad se volvió moneda corriente. La desconexión emocional, una estrategia de supervivencia. La hiperproductividad, un disfraz del vacío existencial. Y la medicación, que debería ser un recurso clínico puntual, se volvió una conversación de café entre colegas: quién está más medicado para poder ir a trabajar. No hablamos de patologías previas, sino de lo que el sistema produce en tiempo real.

Y en paralelo, la Inteligencia Artificial (IA) acelera el reloj. No se trata del miedo a que la máquina reemplace al humano, sino de un temor más profundo: ¿quién soy si no produzco lo que sé? ¿Cómo hago para reinventarme o potenciarme con la IA?

Los errores del liderazgo roto

1. Liderar desde la herida

Cuando un líder no registra su propio dolor, lo proyecta en forma de control, rigidez o hiperproductividad, entre otros. El equipo no recibe acompañamiento, recibe ansiedad y presión.

2. Creer que alcanza con maquillaje

Team buildings, frases motivacionales en la intranet, desayunos de integración: todo eso sirve, pero no cura. El síntoma reaparece porque la raíz no fue trabajada.

3. Usar la productividad como anestesia

La obsesión por métricas y KPIs esconde lo esencial: el vacío de propósito y la desconexión emocional.

4. Huir del síntoma

Insomnio, irritabilidad, bronca irracional en una reunión: no son fallas personales, son señales del sistema. Ignorarlas solo multiplica el daño.

5. Deshumanizar en nombre de la tecnología

La IA puede ser aliada, pero usada como escudo solo aumenta la sensación de inadecuación y miedo a “no ser suficiente” si no se produce al mismo ritmo que las máquinas.

Un nuevo paradigma: Liderazgo CrossOver®

En Cuando el trabajo duele desarrollo el concepto de Liderazgo CrossOver®: una práctica que integra lo psicológico, lo profesional y lo tecnológico.

Un líder CrossOver no niega su dolor ni lo descarga en su equipo: lo trabaja. Reconoce que su salud mental y la de los demás son parte estratégica del negocio. Y entiende que liderar no es anestesiar, sino sostener procesos de transformación desde la conciencia y la autenticidad, logrando desde la mejor versión de cada uno, hits de relacionamiento que innovan más que nada.

El cambio no está en entrenar más habilidades blandas ni en acumular certificados de management. Está primero en un desarrollo psico profesional profundo: revisar mandatos, sanar heridas, mirar de frente las emociones y atreverse a liderar desde un yo más auténtico y desde ahí sumar el resto, sino ¿Qué parte de vos está liderando en verdad?

Qué hacer distinto

  • Escuchar el síntoma: el cuerpo habla lo que la cultura calla.
  • Explorar el propio dolor laboral para no proyectarlo en otros.
  • Permitirse evolucionar dejando atrás versiones obsoletas.
  • Integrar tecnología sin deshumanizar.
  • Practicar la inclusión psicoemocional: no dejar afuera al que siente.
  • Entender que salud mental y resultados son inseparables.

El liderazgo roto no se arregla con discursos motivacionales ni con métricas brillantes. Se sana con líderes que se animen a trabajar su propio dolor y a transformarlo en aprendizaje colectivo.

Estamos rotos, sí. Pero esa fisura puede ser también la entrada a un nuevo modo de liderar: más humano, más consciente y, sobre todo, más real, y no al revés cómo hasta hoy.

*Analía Tarasiewicz es psicóloga del trabajo en la nueva era (@trabaja.mejor) y autora de Cuando el trabajo duele by Método Tarasiewicz®

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