25 de mayo 2022 - 11:39

Cripto-crash: ¿estamos ante el fin de las criptomonedas?

Las criptomonedas son activos de riesgo, pero la responsabilidad de los privados de crear modelos de negocios sustentables.

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Hace dos semanas la stablecoin Terra perdía su paridad con el dólar, derrumbándose hasta suspender su blockchain y las principales criptomonedas del mercado mostraban caídas en sus cotizaciones.

El crash del mercado cripto se da en medio de la mayor suba de tasas por parte de la FED en dos décadas, cuyo efecto suele ser inversores que se retiran de los activos de riesgo para volcarse a inversiones más conservadoras que aprovechan esta suba de la tasa de interés.

En este sentido, es importante resaltar que las criptomonedas son activos de riesgo. Son activos volátiles que no tienen un valor intrínseco, no tienen un soporte físico y no están emitidas ni reguladas por un banco central. Esto explica, en parte, la alta volatilidad de este tipo de activos.

¿Y las stablecoins son menos riesgosas?

Aquí es donde el asunto se complica y no existe una respuesta sencilla.

Las stablecoins, como Terra (UST), Tether (USDT), USDCoin (USDC) nacieron como una alternativa a la volatilidad de Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH) y las otras criptomonedas.

Según la FED, las stablecoins son “activos digitales que están diseñados para mantener un valor estable en relación con una moneda nacional u otros activos de referencia”.

De esta manera, se dice que las stablecoins mantienen un peg (paridad) con un activo colateral. Estos dos conceptos son claves.

Si uno adquiere una stablecoin tiene que analizar cuál es el activo colateral. Hay distintos tipos de monedas estables, según el activo que la respalde:

- Stablecoins colaterizadas (respaldadas) con dinero fiat: En este grupo están las stablecoins que mantienen una paridad de 1 a 1 con una moneda fiat (dólar, euro, etc.). En estos casos, decimos que el colateral es dinero fiat. Esto significa, en principio, que por cada token (unidad de la criptomoneda) hay un dólar, euro o yen japonés de respaldo. Para lograr esta paridad (peg), las empresas detrás deestas stablecoins mantienen reservas. Ahora, acá es donde el asunto se pone interesante. Estas reservas no son necesariamente de 1 a 1 y tampoco son completamente en moneda fiat.

Pongamos por ejemplo Tether (USDT), que es una de las stablecoins más conocidas. Según su último desglose de reservas (transparency.label (tether.to)) del 31/03/2022, su composición es la siguiente:

El 85,64% de las reservas es efectivo y equivalentes de efectivo y otros depósitos a corto plazo y papel comercial. El resto son otras inversiones (6,02%); préstamos garantizados (3,82%); bonos corporativos, fondos y metales preciosos (4,52%).

Del 85,64%, el 55,53% son Letras del Tesoro de EE. UU. y el 28,47% son Papeles Comerciales y Certificados de Depósito. Sólo el 5,81% son efectivo y depósitos bancarios.

Se puede advertir que las reservas de Tether no están compuestas completamente en dólares billetes. Esto plantea distintos riesgos.

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Tether es una de las grandes en las plataformas de trading.

Tether es una de las grandes en las plataformas de trading.

Como señala la FED en su Financial Stability Report de mayo de 2022, los activos que respaldan a las stablecoins “pueden perder valor o perder liquidez durante momentos de estrés […] Estas vulnerabilidades pueden verse exacerbadas por la falta de transparencia con respecto al riesgo y la liquidez de los activos que respaldan las monedas estables”.

A su vez, el otro punto a tener en cuenta es si uno tiene derecho a rescatar y canjear cada unidad de USDT o USDC por un dólar. Según el análisis del medio experto Cointelegraph, los emisores de monedas estables no garantizan a los usuarios finales el derecho a reclamar la devolución de la moneda fiduciaria (dólar, euro, etc.). Con lo cual, aunque se publicite que un USDT equivale a un dólar billete, el usuario final no siempre tendrá el derecho de reclamar esa conversión. Y aún si logra que rescatar su inversión, en vez de recibir un dólar por cada token, podría llegar a recibir cualquiera de los activos que componen la reserva de Tether (que ya vimos, son diversos).

- Stablecoins colateralizadas (respaldadas) con otro criptoactivo: en este caso, cada token se respalda con las reservas de otra criptomoneda. Aquí existe el riesgo de la propia volatilidad de la criptomoneda colateral (la que funciona como respaldo).

- Colaterizadas (respaldadas) con otros bienes (commodities): son stablecoins que están respaldadas por un bien físico, como el oro.

- Controladas por algoritmos: En estos casos, las stablecoins no están respaldadas por ningún activo externo, sino que mantienen el peg (paridad) a través de un sistema que utiliza contratos inteligentes.

Como puede advertirse, las stablecoins también son activos de riesgo. Esto significa que invertir en una moneda “estable” no garantiza recibir el activo colateral que la respalda.

En este escenario, ¿qué nos deja el cripto-crash? ¿Estamos ante el fin de las criptomonedas?

Hace casi cuarenta años Marcelo Diamand publicaba el paper “El péndulo argentino”, y utilizaba esta figura para explicar los vaivenes políticos y económicos del país. Quizá, hoy mejor que nunca, vale utilizar esta metáfora del péndulo para evitar los extremos. Probablemente las criptomonedas no sean lo peor del mundo como hoy parece; ni la salvación, como a veces se divulga. Son herramientas, tecnología, que presentan riesgos y también potencial.

La tecnología blockchain, las criptomonedas y la tokenización de activos efectivamente tienen un enorme potencial.

Son tecnologías que incrementan la transparencia, la trazabilidad de las operaciones y reducen los costos de intermediación.

También tienen el potencial de favorecer la inclusión financiera, ya que no todo el mundo tiene una cuenta bancaria pero sí un smartphone.

La tecnología blockchain y la tokenización de activos permiten fraccionar la propiedad de activos físicos, lo que puede favorecer que pequeños inversores accedan a inversiones a las que antes no podían acceder.

Esta tecnología también podría llegar a utilizarse utilizarse para incrementar la accountability del gasto público o, como señala PwC, para llevar adelantes elecciones (Making sense of bitcoin and blockchain technology: PwC), entre otros casos de uso.

La responsabilidad en el uso de estas herramientas, recae al fin y al cabo, en todos nosotros.

La responsabilidad de los privados de crear modelos de negocios sustentables; la responsabilidad del sector público de crear sandboxs regulatorios que permitan evaluar estos modelos de negocios y analizar los riesgos en un ambiente controlado para proteger a los consumidores; la responsabilidad de cada uno de nosotros de evaluar conscientemente nuestras inversiones y la responsabilidad de los exchanges y actores de informar debidamente, en forma clara, para que cada uno pueda tomar decisiones con consentimiento informado.

Como señalaba el tío de Peter Parker en Spiderman, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

La responsabilidad individual y colectiva (uno de los principios subyacentes en la filosofía cripto) es el camino para que estas tecnologías tengan un impacto positivo en la sociedad.

Abogado, emprendedor y divulgador.

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